¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?…la ciencia se devanea el cerebro intentando dar respuesta a esta pregunta, una de las piedras angulares del conocimiento, con nulos resultados, pero lo que si esta confirmado es que antes del Barrio de Parquesol existió el Cerro de la Gallinera, luego entre pelotazos, buenas intenciones de algunos y chapuzas varias se conformo un barrio que acoge un anfiteatro que tiene una acústica más que decente, una situación idónea para cualquier actividad y un uso casi nulo a lo largo de la existencia del barrio, eso si, unos metros más allá nuestro dicharachero Ayuntamiento ha creado uno nuevo con un uso, todavía, más misterioso.
Afortunadamente la Asociación Estarivel organiza desde hace seis años un Festival, el 40 de Mayo donde a lo largo de un día realiza diferentes actividades con los niños y los no tan niños y como colofón un par de conciertos celebrando el inicio de un verano que en este 2023 se presenta muy electoral. La Asociación tiene como fin organizar «actividades educativas desde el año 2006, cuando comenzamos nuestra aventura en Valladolid. Siempre con la firme intención de hacer las cosas bien e ir siempre mejorando gracias a los procesos de evaluación continua. Hacemos para aprender y evolucionar».
Entre los conciertos que ese día disfrutamos estaban los de la banda más alocada y calurosa de Valladolid, la banda que menos gasta en ropa y peluquería y una de las pocas formaciones que se lían la manta a nos montan unas olas en el Pisuerga para surfear sobre una tabla, de planchar o se asar, y volar sobre sus olas.
Surf, Rock´and´Roll, Garaje…se marinan con una filosofía básica y sencilla; las chicas, las fiestas rockanrroleras, el surf, la playa, las gafas negras, las corbatas negras, los pantalones cortos, la fruta variada del tiempo, en especial los limones, más chicas, los tatuajes, las camisas blancas, y, no se si lo he dicho, ¡chicas!. Quico Arribas, a la voz; Rob Valentine, haciendo honor a sus antepasados tocando una cuerda con un dedo, a la guitarra; Pable Tombstone, un pedazo de pan, aunque tenga pinta de malote, a la batería y el incombustible, omnipresente y siempre sonriente, Fernando Su al bajo, al que añadiremos a ese quinto Beatles, fugado a tierras malagueñas por amor a las verduras y hortalizas, pero que en ocasiones se deja caer, aunque esta vez le pusieron falta y sanción, Dan Strychnine al bajo, son sus integrantes. Y como andaba por la zona uno de los músicos con más pelo de la ciudad, Javier Vielba, se subió al escenario para acompañarles en un par de temas y de paso dar envidia a más de uno de la banda al mirar ese «pelazo» que, todavía, luce sobre su cabeza.
Una formación divertida, imprescindible, que nunca defrauda y que es una de esas bandas a las que siempre se tienen que ver, sí o sí.
No sabemos si el próximo año entre soterramiento, cubrición del estadio, toros y cosas varias y patrióticas, tendremos una séptima edición del «Festival 40 de Mayo», aunque no estaría de más recordar unas palabras de Vielba: «Un pueblo sin cultura no se le puede llamar ni siquiera pueblo», o si se celebra no andarán por ese Cerro de la Gallinera, Bertín, Soto o Marta cantándonos unas coplillas patrióticas y rancias, pero este año no nos lo quita ya nadie, y disfrutamos como unos enanos, yo y Ana de Armas que está espectacular, con la música de estos adolescentes eternos y sin pelo.
Hula Baby actuaron dentro de la programación del Festival 40 de Mayo, que organiza la Asociación Estarivel, en el Parque de los Almendros de Valladolid, el pasado 10 de Junio de 2023.