32 años no son nada. Sin prisa hemos podido esperar para darnos un baño de melodías que un día se nos escaparon de las manos. La noche del 7 de octubre fue un regalo, un boomerang de emociones en forma de sonidos que teníamos dormidos, pero muy encarnados. Parece mentira lo que llevamos dentro, las cosas que llevamos dentro. Todos los temas entraban por mis oídos y salían por mi boca como si fuera ayer, “ponte alas y alza el vuelo yaaaaaa”. Que a gusto me sentí después ahí arriba, 5 estrellas, una de ellas afinando y después clamando por nuestra generación, que ahí está vivita y coleando. Larga a vida a Los Retrovisores y que no pasen otros 30 años.
Corrían lo años 90 y un par de adolescentes, en esa época donde lo que más te apetece es reventarte alguna espinilla, hacerte alguna pajilla o perseguir a las chicas, entre pellas en el Instituto y visita a los billares, decidieron montar un grupo de música. Pero Horacio García y Ginés Martínez, compañeros de billar y de pellas, necesitaban a otro miembro…dos seria un dúo en plan Pimpinela (sí, ya por esa época existían), y un Power-trío que se precie necesita a un tercero, y en esto que apareció Luis Bailón enfundado en esa gorrilla, para completar y cerrar el circulo, o en esta caso el triángulo, que se tiene que notar que las EGB,s valieron de algo y distinguimos las figuras geométricas.
Lo demás es ya historia de la música local. La famosa movida madrileña ya era historia y Valladolid vivía su, otra, particular movida, 39 Escalones, Los Nadie, Los Miembros, Los Bumpers o Fallen Idols, entre otras muchas formaciones pululaban por los bares y escenarios, a los que se unió Los Retrovisores aportando su elegancia Mod a toda esta historia.
El recuerdo que tengo de esos años es que Horacio era un pequeño genio, bueno, yo lo pensaba, un poco disipado, pero en la práctica un tipo muy valido. Un chaval solitario que se defendía con las voces, pero era un multiinstrumentista notable, guitarrista, tocaba el teclado y se defendía con la trompeta. Luis Bailón, un tipo espigado y alegre al bajo y Ginés Martínez, tímido y callado pero que se transformaba detrás de la batería recordando en cierta medida la «brutalidad» de Clem Burke o el salvajismo de Stewart Copeland. Juntos crearon un sueño de adolescencia para luego iniciar cada uno un viaje diferente por distintas carreteras, pero todos siguen, años después, manteniendo los lazos entre ellos y con la música en diferentes formaciones, Harla Horror, o colaboraciones, Paul Collins, entre muchas otras, o como en el caso de Horacio con el mundo del Jazz.
32 años después y por esas casualidades que en ocasiones surgen, se han reencontrado y han recordado una época, no se si mejor, pero en su momento llena de alegría (las penas se suelen olvidar), y nos demostraron que esos temas, «Pepe el Ratón», «El Tren de la Costa», «Curso Legal» o «Niños de Papá», suenan más que bien…y es que, quién sabe, hasta a lo mejor eran buenas canciones escritas por unos chavales adolescentes que solo querían pasarlo bien.
Chusmi10
Los Retrovisores, Horacio García a la guitarra y voz; Luis Bailón al bajo y coros y Ginez Martinez a la batería; con ese «The return home», apoyados en un par de temas, ese «5 Estrellas», homenaje a la cerveza y un clásico con mayúsculas «My Generation» de los británicos The Who, gracias a los chicos del Reducto Sónico, nos recordaron en la Sala Cientocero de Valladolid, el pasado 7 de Octubre de 2023, la magia de unas canciones que sonaron tiempo atrás y a las que volvemos, en ocasiones, porque son parte de nuestra vida.
«Esta es mi generación, nena./mi mi mi generación.»