La fórmula es sencilla: Honestidad + Genialidad + Atemporalidad
Cuenta Luis Brea que el nombre de la banda, que, además, se hace extensible a su último trabajo «es una referencia a esa emoción, un poco en genérico. Creo que es una emoción que está debajo de otras emociones. Cuando estás enfadado, u otras, en el fondo hay como miedo. Es una emoción que me toca de lleno, porque de pequeñito era muy de tener miedo a la oscuridad en la habitación. Y creo que hacer el disco con un planteamiento tan emocional me llevo a descubrir este tipo de emociones, o hablar de ellas, o ponerlas en el centro del disco. Y creo que también nos hemos ido un poco a los 80 con el sonido del disco. Yo era pequeño en los 80, yo tenía miedo en los 80 cuando estaba en mi habitación, y si te fijas el disco es muy ochentero». Luis Brea es un tipo que desprende simpatía y honestidad, puede que por su anterior ocupación, en una persona que tiene muy puestos los pies en el suelo, y que sabe que las cosas (a no ser que tengas un padrino muy gordo), solo se hacen con trabajo y dedicación, y así poc0 a poco se va labrando un huequito en el difícil panorama de la música. «Hipotenusa»(2012), junto a un Ep «De lo dicho nada” (2007) y el reciente y auto-editado «Luis Brea y el Miedo»(2015) son sus tarjetas de presentación. No es la primera vez que se deja ver por aquí, ya nos visito en dos ocasiones en sendos Summer End, y en todas ellas las sensaciones fueron más que interesantes. Músico sencillo, honrado, simple y sencillo; tiene unas letras acidas, muy cuidadas y con mucha intención, y que se mueven entre el pop más psicodélico, el rock clásico, ciertos toques de sonido personalísimo… a lo que se tiene que añadir una compañía que demuestra su buen gusto, esos miedos que le rodean y le respaldan son Jorge Martí (guitarra, sintetizador y percusión electrónica), Lázaro Fernández (batería), y Nacho Mora (bajo y coros). Cuenta Luis Brea que la idea del disco es «tratar el miedo y el mundo en general desde la perspectiva de los ojos de un niño sin la carga de experiencia y adaptación cotidiana que tenemos los adultos y que nos lleva al bloqueo, la furia y la ansiedad. Desde la mirada de un niño, ese miedo, no bloquea, es más curiosidad, te empuja al conocimiento y te hace pensar que todo es una aventura».
El colectivo Cuadrilátero Cultural nos acerco dentro de la segunda jornada de su ciclo de conciertos a esta banda madrileña, interesante, sencilla y que va sin pretensiones, pero sin dejar que se la pise.
El concierto fue en la Sala Blanca del Lava el pasado día 5 de Noviembre de 2016.