Gire la cabeza y allí estaba, esperando el momento de subir al escenario…No parecía nervioso, al contrario, sonreía de oreja a oreja y daba la sensación que estaba deseando que llegara el momento de que le llamaran y tuviera que salir ante un público que abarrotaba la sala. Todo energía, setenta años y da envidia, subió, agarro el micrófono y desde el primer momento se metió a la gente en el puño. Saco «a pasear al can», el clásico tema de Rufus Thomas, nos explico que en realidad es un baile y nos lo enseño a bailar; interpreto en una versión en castellano el fantástico tema de Van Morrison, «Gloria», charlo con la gente, comento que incluso «en primera fila veía a alguien de su quinta»; nos lanzo ese grito, que en boca de algún grupo con menos años, todos los considerariamos un grito de protesta; «Hartos» y acabo despidiendose con «Bye, Bye, Fraulein», tema con el que consiguió un notable éxito en Alemania y Holanda, que interpreto con un toque country que mejoraba notablemente el original. En su vuelta a los escenarios se hace acompañar por «Los colosos del Ritmo» en realidad tres miembros de Imperial Surfers y otros dos de Los Imposibles, pero en esta ocasión, este papel lo representaron los incombustibles Bloody Mary, que no estuvieron colosos, sino, lo siguiente.
Un gusto ver a gente asi disfrutando con la música; ¿hasta cuando?…«mientras me aguante el cuerpo y me respete la voz, no me apetece arrastrarme encima del escenario».
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