Tengo que reconocer que en lo que se refiere a la carrera de Mikel Erentxun, me quede y me pare con su etapa de Duncan Dhu, así que le perdí bastante la pista desde ya un lejano 2001, bien es cierto que en el 2013 volvieron brevemente….pero entre desidia y vagueza, yo no lo retome.
Después de su separación y en sus propias palabras, «veintisiete discos después, la llama sigue viva«, presenta en esta 28º Edición del Valladolindie, ese llamado con la boca pequeña injustamente, «El Festival más largo del mundo», su nuevo trabajo, un nuevo disco que dice que ha compuesto por primera vez al piano, con un enfoque diferente y que suma el 28 en total; «Septiembre» (2023), un disco que refleja un alma analógica y piel setentera, según reza su hoja promocional, en una larga gira que le llevará a un buen número de escenarios tanto de esta sufrida Península como, allende, los mares, ‘Septiembre Tour 2023-2024’.
Para esta presentación Mikel Erentxun, guitarra, piano y voz, se ha rodeado de una banda elegante e impecable; Marina Iñesta junto a Rubén Caballero, a las guitarras; Lutxo Neira, al bajo; Mikel Azpiroz, a los teclados y Karlos Arancegui, a la batería.
Con una copa de vino, de la Ribera del Duero, como comento, apareció sobre un escenario que se veía muy cercano al público, e inició un concierto que conectó con muchos pero saco las costuras de un problema, que veo no es solo de esta ciudad, sino que es un problema muy generalizado, puede que muy propio de una sociedad donde el postureo y el estar se impone sobre el respeto y una cultura mínima. En primera línea gente disfrutando de un concierto notable, puede que no con un sonido perfecto, pero impecable, pero a medida que te alejabas de esas primeras filas abundaban los grupos, mayoritariamente de mediana edad, hablando, copa o caña en mano, de sus cosas y solo girándose y prestando un mínimo de atención. eso sí, brazo en alto y coreando a grito pelado, sobre todo en esas ‘Cartas de amor’, un psychobilly redoblado donde consiguió la máxima conexión con el público…y es que los festivales, principalmente, ese continente, se han convertido en algo que se tiene que hacer, si o si, pero el contenido, su música, es fácilmente prescindible.
Cuenta en una reciente entrevista que «las canciones buenas nunca envejecen», aunque intenta llevar sus viejas canciones al lenguaje actual, porque la gente, los fans de toda la vida, al margen de querer descubrir lo nuevo, buscan reencontrarse con sus viejos temas, “En algún lugar”, “A tientas”, “Un minuto de ti”, o la versión de los Smiths, “Esta luz nunca se apagará”, canciones separan casi 40 años, pero que mantienen la viveza de esos primeros tiempos…y es que, como dice; «me gusta hacer feliz a mi público y darle lo que más le gusta». Una presentación en este Festival por todo lo alto de un disco doble que representa el número 28 de su carrera, casualmente los mismos que cumple este «tímido» y «pequeño» Festival, un disco que surgió durante la pandemia, aderezado por influencias de la música de los años 70´ y donde cuenta con colaboraciones de músicos mucho más jóvenes, donde algunos podrían ser sus propios hijos; pero que, casualmente, tiene un responsable inicial en la figura de Elton John, un músico al que en un primer momento rechazaba pero del que descubrió a lo largo de estos años de pandemia, su discografía setentera, y de la que se enamoró, para acabar comprando un piano y empezar el germen de este último trabajo.
A estas alturas de la película cuenta con la libertad maravillosa de hacer lo que quiere ya que como dice «no tengo la presión de tener que vender discos ni de tener que sonar en 40 Principales como antes», y sigue haciendo discos con la idea de que sean mejores que los anteriores, aunque eso solo lo marca el tiempo transcurrido.
Mikel Erentxun, irradiando muy buenas sensaciones, presentó su nuevo trabajo bajo el paraguas de la Gira ‘Septiembre Tour 2023-2024’, dentro de la programación de la 28º Edición del Valladolindie, el llamado «El Festival más largo del mundo», en una Sala Blanca del Lava de Valladolid, una sala que arranca este 2024 envuelta en polémica, que por el bien de la música es de desear que sus gestores busquen una salida satisfactoria para todos, el pasado 19 de Enero de 2024.