Ser el primero en romper el hielo en un concierto donde intervienen varios grupos no deja de ser un “pequeño” marrón. La gente está entrando, cada uno a lo suyo, saludando a viejos amigos, pidiendo en la barra…y no suele prestar mucha atención a esos primeros grupos. Sin embargo Nadia Álvarez no se amedrento y salió airosa de la prueba: con apariencia de frágil, de tímida, arropada con su guitarra, consiguió congregar a un buen número de público, que, poco a poco iba llenando la sala y que disfrutaron con sus canciones, canciones interpretadas con pasión por esta chica leonesa, que sirvieron para abrir esta octava edición del Concierto Ayuda Tío Antonio y que nos dejaron con ganas de disfrutar, aún más, de ellas, en otra ocasión con más tiempo.
Si tuviera que elegir una palabra para definir las sensaciones que quedaron tras el paso de Nadia por el escenario esa seria dulce y encantadora…bueno son dos.