Cuenta el saxofonista Javier Vercher que “tocar jazz es una religión”, y añade que “sabes que nunca te vas a hacer rico, pero estás haciendo lo que tienes que hacer”. Ainhoa Vidaurreta, Noa Lur de nombre artistico sustituyo su empleo de ejecutiva discográfica por un, sin duda más interesante pero menos remunerado, por su vocación por el Jazz; Noa comenta en una entrevista que “uno no decide ser músico de jazz, sencillamente, no puedes hacer otra cosa”. La XIII Edición de Boecillo Jazz cerro esta edición con él concierto más acorde con el genero que anuncia, en una edición donde el Blues, el Funk, el Soul o incluso toque cercanos a la música disco se han dado cita en una, siempre, abarrotada Plaza de los Condes de Gamazo de este pequeño pueblo cercano a la capital vallisoletana.
Acompañada por David Sancho al teclado, Ander García al bajo, David Fernández a la batería y Mauricio Gómez al saxo tenor, la vocalista bilbaína nos presento su segundo disco, ‘Troublemaker’, que se suma a su anterior trabajo “Badakit” con el que ha visitado grandes festivales y salas europeas como el Nardis Jazz Club de Estambul, Bogui Jazz de Madrid, Madgarden Festival o Jazzablanca Jazz Festival, compartiendo cartel con artistas de la talla de Raúl Midón, Richard Bona, George Benson, Christian McBride….y al que se añade «Jazz for Children», esa incursión que acerca esta música al público infantil, y que según su web, podremos ver el próximo 24 de Noviembre en el Laboratorio de las Artes (Lava).
Afirma que “la vida del jazz es un puro caos, siempre arriba y abajo”, puntualiza Noa; y algo que no sale de su boca pero que seguro que en ocasiones ha pensado, es la falta de atención que las administraciones demuestran por la cultura en general y por la música en particular y que José Luis Gutierrez, mentor de todo este invento defiende a través de este tipo de iniciativas que al final tienen como objetivo promover otro tipo de ocio diferente al clásico en estos pueblos de Castilla, a saber, toros y toros….y punto. «La cultura es un derecho, y el festival tiene como finalidad la de promoverla en el medio rural», añade.
Noa Lur a sido un lujo para una XIII Edición de un modesto pero exquisito festival que acerca un tipo de música, donde entra un abanico muy amplio de opciones, a unos pueblos alejados de los circuitos más comerciales, pero que por unas horas se convierten en el epicentro de este genero en la Península.
Noa Lur cerro esta edición del Boecillo Jazz que un año más se celebro a lo largo del mes de Agosto en la Plaza Condes de Gamazo de Boecillo (Valladolid) el pasado día 24 del citado mes el 2019.