Valladolid coloco las alfombras rojas por sus calles para recibir el segundo concierto en España de Joaquín Sabina y sus chicos. Después del paso por Bilbao y de un extenso periplo latinoamericano, la gira «500 noches para una crisis», nombre con el que ha bautizado a esta serie de conciertos, ¿los últimos?, donde repasa los 15 años de edición de su disco «19 días y 500 noches»; trabajo editado en 1999, y uno de los que más popularidad le ha aportado. Dos cosas a señalar, una la puntualidad, a eso de las 10:05 ya estaba el de Ubeda sobre el escenario, la otra, las 2 horas y media de concierto, algo a remarcar en estos tiempos en que muchas bandas difícilmente pasan de los 90´. Pancho Varona, al bajo; Antonio García de Diego, teclados; Jaime Asua, guitarra; Pedro Barceló, batería; Josemi Sagaste, percusión, saxo, flauta y Mara Barros a los coros, músicos, más bien, en sus palabras, «su familia», son los encargados de arroparle en esta gira y en las muchos realizadas en años anteriores. Temas del disco señalado que se sumaron a algún que otro clásico y alguna versión de Dylan, junto a un recuerdo a los Ramones por parte de Pancho Varona, «‘Conductores suicidas'», y es que parece que de repente, en los últimos tiempos, todos han sido fans o seguidores de la banda neoyorkina, junto a una copla por parte de Mara, lo racial siempre funciona, que levanto al público de sus asientos formaron el espectáculo. Espectáculo notable, en lo visual, cortinajes de rojo «casa de citas» y atrezzos de vodevil y con un sonido más que aceptable, teniendo en cuenta las referencias pasadas; y sin duda, sobresaliente para los 5000 fans que abarrotaron el Polideportivo, y es que Sabina, a pesar de sus claro-oscuros, gusta a un espectro de público muy amplio, incluido nuestro alcalde…