Afortunadamente Galicia no es solo Feijo, M.Rajoy, su excelencia (aunque, este ya no esta), Sito Miñancos, o Lendoiro; Galicia también son estos vigueses (realmente los colocaríamos entre Vigo y el pueblo de Nigrán, Pontevedra) que entre mejillones, platos de grelos, cachopos (aunque esto no se muy bien si en autóctono) y varias raciones de pulpo se han criado muy sanotes a pesar de haber encaminado su existencia por el filo cortante y pecador del Rock and Roll, un devenir de la vida que les ha llevado a ser uno de los Apóstoles de una Iglesia (¡porque no!, igual de creible que otras muchas), y que aportan mucha más espiritualidad y paz a almas errantes, o por lo menos la misma, que muchas religiones oficiales.
Quitando los descerebrados de Taburete, la música en directo demuestra que si se quiere se puede hacer…..es verdad que exige un esfuerzo y una dedicación que, tiempo atrás, no era ni meditado; pero los responsables de cultura del Ayuntamiento de Cuéllar junto a la gente de los Conciertos Salvajes y de la Sala Porta Caeli de Valladolid, en este ciclo que durante este caluroso y pandémico mes de Agosto han organizado en el Monasterio de San Francisco, del coqueto pueblo segoviano y que han denominado «Las Veladas de San Francisco», nos han demostrado que ¡sí! se puede hacer, todo es cuestión de querer…algo que en otros lugares, y con otras administraciones, no esta tan claro.
La semana que viene, vamos ¡ya!, entran a grabar su nuevo álbum, con calma y sin muchas prisas (no en vano tendrían que haber empezado con ello hace un par de meses), y esta veladas fue un buen lugar para presentar unos cuantos nuevos temas, sino todo el nuevo proyecto; porque, asi de primeras, sonaron entre siete u ochos nuevos temas a lo largo de la calurosa y agradable noche; un nuevo trabajo que se sumara a sus anteriores “Wood Mama” (2012); “Black Cotton Limited” (2014) y “Untitled/Volume III”(2017), «Plastic Jail»(2018), junto a los Ep´s “Gunpowder Valley” (2013) y “Soul BBQ “(2016), todos ellos de factura impecables e imprescindibles en cualquier discografía que se considere digna.
Con un pequeño retraso aparecieron sobre el escenario, todo precedido de una pulcritud excelente; silla individuales, todas ellas separadas adecuándose a las nuevas ordenanzas publicadas escasamente unas horas antes, todas desinfectadas antes y después, prohibición de fumar y consumir alimentos dentro del recinto, recordatorio de no dejar ningún tipo de residuo y el uso constante de macarillas….si se ponen ganas y voluntad se puede y se deben de hacer cosas, más en estas fechas veraniegas donde las actividades al aire libre reducen los posibles peligros de este virus…que ya el invierno y el interior de las salas llegara en su momento y eso será otro cantar. Casi dos horas donde los vigueses demostraron que son una banda de directo a la que se tiene que ver, si o si, sobre un escenario, porque sus trabajos editados, siendo impecables, no les hacen honor y al igual que los madrileños Morgan, están pidiendo a voz en grito un disco grabado en vivo, donde den rienda a todas sus virtudes y nos acerquen lo que de verdad pueden ofrecer……eso o por lo menos que graben, con un mínimo de condiciones, cualquiera de sus conciertos y los cuelguen en su página web. Después de muchos años de carrera y de carretera (casi más de esto que de lo primero, aunque ya de carrera pasan de los 15) cuentan con un repertorio casi imposible de ejecutar, a no ser que puedan y podamos disponer de dos o tres días casi ininterrumpidos, asi que muchos se quedaron en el baúl, aun asi recuperaron algunos ya con cierta veteranía, «Revolutionists» tema con el que abrin el primer álbum de la banda, ‘Wood Mama’ (2012), tema que ha sonado con toques soul, funk, rock, de baile y hasta con regusto flamenco a lo largo de estos años: junto a los nuevos temas y, como no, esos ¡otras tres! de los bises finales y que los asiduos a Los Conciertos Salvajes han convertido en obligadas al concluir el concierto….aunque en esta ocasión se quedaron en dos, eso si, muy largas, y es que la nueva normalidad hasta impone unos horarios inflexibles y de obligado cumplimiento. Sea como sea la comunión espiritual y la protección a nuestras almas y espíritus que estas chaquetas del soul nos ofrecieron fueron más de agradecer, sobre todo en estas circunstancias, y por momentos nos recordaron tiempos felices pasados que seguro volverán.
De una cosa que si pueden presumir es que esta formación gallega reune una calidad musical incuestionable pero, casi más importante, es su buen hacer como personas y la naturalidad y la cercanía con la que se muestran ante su gente, algo que no es muy frecuente dentro del panorama nacional y, ¡como no!, volvieron a convencer a sus seguidores, dejando bien a las claras que esa mezcla de Rhythm & Blues, Rock & Roll y Southern Soul, que presentan a través de sólidos muros sonoros y de largos y contundentes desarrollos y que como ya he dicho en otras ocasiones «presentan como si fuese la ultima vez que volvieran a juntarse sobre un escenario», tiene que ser disfrutada sobre esos escenarios que andan un poco en la UCI en estos días. Toño López, voz y percusiones, esa reencarnación local del británico Joe Cocker, junto a los sublimes Jorge Mizer, a guitarra y coros y Guillermo Gagliardi, a la guitarra; un enmascarado Xabier Vieitez, a los teclados y ruidos varios; y al fondo del escenario, pero devorándolo, Jann Zerega, al bajo y Mauro Comesaña, a batería y coros, dejan bien claro que todo lo que envuelve a la banda esta hecha para conquistarnos, algo que de todas formas es bastante facil, y es que aunque parezcamos asalvajados, en el fondo, somos muy facilones.
Un reencuentro con la música en directo y con viejos conocidos a los que no se les veia en mucho tiempo (un fuerte abrazo y muchos animos para Sonia Velasco), que dejo bien a las claras que con voluntad todo se puede (y se debe hacer), y que por unos instantes nos hizo olvidarnos de todos los problemas que arrastramos a lo largo de todos estos meses….meses pandémicos y enmascarados,de los que, a buen seguro, saldremos, no se si mejores como colectivo pero saldremos….ya tendremos ocasión para arreglar todos los desperfectos que genere o ¡no!.
The Soul Jacket, en su papel de Apóstoles de esta iglesia del Rock and Roll, nos dieron la absolución y perdonaron nuestros pecados el pasado día 14 de Agosto de 2020 dentro del ciclo de «Las Veladas de San Francisco», un mini ciclo de cinco conciertos a lo largo de los sábados de este caluroso e inolvidable mes de Agosto, que los responsables de Cultura del Ayuntamiento de Cuéllar junto a los encargados de esos peligrosos ciclos de los Conciertos Salvajes y de la vallisoletana Sala Porta Caeli han organizado dentro de las ruinas del Monasterio de San Francisco, un lugar que se descubre como magnífico para este tipo de actividades culturales (música, teatro, etc…) en la segoviana localidad de Cuéllar. Amen.