Vaya noche más completa y entregada. Uno que ya va siendo mayor, muy mayor, acabó empapado de simular que bailaba, molido de intentar seguir el ritmo que desde el escenario se imponía y feliz de volver a escuchar canciones que han ido sonando a lo largo de mi vida y se habrían paso en mi memoria como una banda que manejaba los tempos con clase. Noche perfecta llena de «magia y precisión».
Y Alejandro lleva todo el siglo XXI replanteando su trabajo, la forma de exponer, la manera de plasmar en las mejores condiciones, y sigue erre que erre elaborando y trabajando, que muchas veces se nos olvida que la cultura no es un divertimento o afición, que la cultura es una necesidad humana que solamente se alcanza con talento y mucho trabajo y que los trabajos tienen que ser remunerados con dignidad, pero ese es otro tema, que me desvío. El caso es que el 29 de Octubre de 2016 llego a mi pueblo cargado de melodías, recuerdos, esperanzas, ilusiones, y que yo tampoco soy nada nostágico, pero de vez en cuando conviene girar la cabeza para ver quienes somos y alzar la vista a nuestro futuro
Cooper fue el nuevo rascacielos que Alejandro se propuso edificar. Los materiales con los que contaba eran de primera calidad. las canciones, a los que sumaba una experiencia cargada de horas, conciertos, esperanzas, ensayos, kilómetros, frustraciones, sueños cumplidos, ilusiones falsas, lucha, business… vamos, lo que a muchos les hace emprender el camino de retorno a él le reafirma en su «obstinación». En el siglo XXI todo había cambiado tanto de lo que conocimos en el siglo anterior, «si tuviese quince años menos…».
Texto con retazos de reflexiones de Tomi Díez.
Alex Cooper actuó el pasado día 29 de Octubre de 2016 en la Sala Experimental del Auditorio Miguel Delibes, dentro de la gira donde rinde homenaje a los 30 años de esa banda mítica que fueron Los Flechazos: Popcorner 30 Años viviendo en la Era Pop.
Fotografías de Miguel Díez