Música para adultos. Alejada de las modas seudo-indies o del rock más comercial, Chucho en su última reencarnación perruna, nos ofrece un plato lleno de música solo acta para gente privilegiada. Como el buen vino, que no todos somos capaces de valorar y apreciar sus virtudes, la música de Chucho esta reservada para un grupo de elegidos. La capacidad para crear atmósferas inquietantes y sugerentes unidas a unas letras que nos sumerjen en su mundo, un mundo tenebre y oscuro, surrealista no es acto para todos los públicos. Javier Fernández Milla, Juan Carlos Rodríguez, Miguel Ángel Gascón y Emilio Abengoza junto al propio Fernando Alfaro nos ofrecieron un concierto enorme, de lo mejor que he visto este año, al que solo se le puede poner una pega, el sonido, sobre todo la voz, que dejo algo que desear.
Mucho calor, tanto el propio de la sala como el que salia del escenario donde un chucho perdido busco, y encontro, el alimento que le ofrecio un público que disfruto y se lo paso muy bien.
En este enlace se puede acceder al su página web y en este otro a la crónica realizada por Javier Luna Roldán para la revista La Encuadre: «Como un perro ladrando«.