En 1986 la banda de Hull, (Yorkshire, Inglaterra), The Housemartins, edito su álbum debut, «London O Hull 4″; unos años después podríamos editar otro póstumo, envuelto en ese celofán que responde al nombre de nostalgia, y que podría tener un nombre parecido a «Valladolid 83-Valladolid 23= Valladolid 40»….donde unos cuantas bandas locales nos recuerdan que lo importante el haber llegado a ese Valladolid 40 por lo menos con un algo de calidad…y que lo del envoltorio del celofán es cosa de cada uno. Tomi Díez nos lo cuenta aunque y Ana de Armas que está espectacular lo deja al criterio de cada uno lo de envolverlo.
“Valladolid 83” fue el disco que de su objetivo principal, intentar situar la incipiente escena vallisoletana al nivel de otras provincias españolas que entonces estaban llevándose el gato al agua, se convirtió por obra y gracia del destino en el disco fantasma. Bueno, si mi cabeza no falla la obra y gracia del destino fue la quiebra de la distribuidora Pancoca, lo que llevó al disco a vegetar, parece ser, en algún sótano del ayuntamiento de Valladolid y que de vez en cuando aparecen copias a la luz.
Del disco y su grabación se ha contado en los últimos tiempos bastante, por lo menos hasta lo que se puede contar, y lo que no se puede contar pasa a secreto de sumario, porque tanto grabación como el propio disco responde muy al momento de los que vivimos aquellos años, privilegios de la edad.
Gracias al esfuerzo de Ana Alvarado se le iluminó la idea de volver a reunir a parte de las bandas que participaron en la grabación. Los únicos que se ausentaron fueron Objetivo Perdido, curiosamente los que estuvieron más cerca de los cuatro de alcanzar un éxito fuera de la provincia. Mi recuerdo sobre ellos era que técnicamente estaban un paso por delante de los demás, aunque musicalmente me gustasen menos que los otros grupos del disco.
Analgésicos abrieron el fuego, con los recuerdos del desparpajo y soltura que tenía Paquillo en aquella época. Las canciones seguían manteniendo el tipo y de hecho el sonido de 2023 era bastante mejor que el de los ochenta. Vale, tal vez faltara la frescura e inconsciencia de aquellos años pero tampoco los demás somos aquellos que empezábamos a descubrir el mundo a bocajarro y que nos íbamos a comer la vida, hasta que nos dimos cuenta que la vida nos comió.
Reflejos aparecieron con su formación de trío original, y reforzados en las teclas y voces. A mí me gustaban mucho en aquel momento y por el tipo de sonido era lo más cercano a lo que iba descubriendo en aquellos primeros pasos personales. De los grupos de la celebración probablemente el trío es el más longevo en su relación con la música, siempre han estado en alguna formación a lo largo de estas décadas pasadas. Y sus canciones sonaron vivas después de tantos años de permanecer guardadas bajo llave.
Disidentes salieron a escena con dos bajas pero que Luix resolvió de manera brillante con los jóvenes Free City como respaldo. Era una especie de gran chamán con sus devotos que daban zapatilla e incendiaban aquellos temas que suenan a la par tan incorrectos como ciertos en la actualidad. Viéndoles pude volver a aquellas noches de Ziggy o Landó y volver a recordar a amigos que se han quedaron en el camino y que disfrutamos tantas noches con el trío punk.
Y como colofón fueron saliendo músicos de unos y otros grupos para reivindicar su legado en la escena local. Por allí sonaron ecos de Talking Heads, Paraíso o Siniestro Total con la propia impulsora, Ana, luciendo galones de front woman. Una noche de reencuentros, buen rollo y recuerdos.
Tomi Diez Madrigal
Como preámbulo a las fiestas por el Patrón de la ciudad, la Plaza de Portugalete fue el escenario del «Concierto conmemorativo Valladolid 83», donde disfrutamos de bandas que participaron en esa grabación, Disidentes, Los Reflejos y Analgésicos, el pasado 12 de Mayo de 2023…cuarenta años después.