“ME GUSTA MUCHO LA MATEMÁTICA DISTRIBUTIVA DE LA CANCIÓN».
Si quieres descubrir el significado de estas enigmáticas palabras Coque Malla te lo dirá en esa confesión musical que a ritmo de monologo nos descubre su vida sobre un escenario, el lugar donde se siente más seguro, apoyándose en la banda sonora de sus canciones a lo largo de todos esos años. Algo más de dos horas donde la persona nos descubre su trayectoria en el terreno musical, y a la vez recorre su, más o menos, agitada vida personal, partiendo de un texto teatral donde va «colando» sus canciones, que se presentan en un formato sustancialmente desnudo.
Desde su primer grupo con el actor Alberto San Juan, siguiendo con Los Ronaldos, formación con la que toco la gloria para acabar cayendo en el pozo, sus primeros intentos en solitario con desigual fortuna….esa etapa con que se ganó la vida tocando versiones con Álex Olmedo bajo el nombre de Mentiras, el nuevo resurgir de Los Ronaldos, esta vez sí con un final feliz, sus escarceos con el cine y esa etapa final donde vio la luz al final del túnel, incluida pandemia, y ha alcanzado una cierta estabilidad y un reconocimiento, tanto por parte del publico como de la crítica y de la industria ( si queda algo de ella en este 2022)…una industria (y unos manager) que también tuvieron su «momento especial» en el recuerdo, y es que en esos años 80´y 90´desenfrenados fueron en parte responsables de las consecuencias que muchos años después el negocio musical atraviesa para mal (aunque tampoco se tendría que olvidar a muchos grupos que inflaron caches a ritmo de radio formulas).
Recuerdos a su familia, a sus padres, a los hijos; imágenes con su madre, Amparo Valle, recitando «La carta», uno de sus temas más celebrados, con su padre Gerardo Malla, actor y director teatral, escondido detrás de esas gafas de sol no sabemos muy bien si para aliviarle de sus problemas oculares o para ocultar las lagrimas de orgullo; surge su hermano, Miguel Malla, arreglista de algunos de sus discos más celebrados, y su compañera Macarena, que comenta entre risas, «me ha pedido en matrimonio y le he dicho que sí, que estoy muy emocionado», y claro, sus dos hijos: Cayena y Oliver, con lo que da el paso al disfrute de la estabilidad emocional, y al desafío de la llegada de nuevas vidas de las que hay que hacerse cargo y con lo que da el carpetazo definitivo a la triada mítica de «sexo, drogas y rock´and´ roll».
Y entre anécdotas y aventuras llegamos al final de un espectáculo original y arriesgado y que tienes que ver si quieres descubrir el significado de “Me gusta mucho la matemática distributiva de la canción”. Un espectáculo donde a través de las imágenes que flotan en el aire, creadas por Miquel Àngel Raió, iluminación misteriosa y narrativa de Valentín Álvarez y la escenografía única de Beatriz San Juan junto a las canciones que le han traído hasta aquí desde el principio, se consigue una confesión musical casi pornográfica. Un espectáculo que no se hubiera atrevido a hacer si su padre (fallecido el año pasado) siguiera vivo, como confeso.
Y apareció Benito, ese fans plasta, presente como una pesadilla a lo largo de su vida, que le pedía, con insistencia, «Adiós, papá», y le usaron los de VOX y le acusaron de rojo y de facha, y hasta los de IKEA le dieron una popularidad que de otra forma, igual nunca habría tenido, y se autocensuro, con ese otro tema, que en estos tiempos confusos, tiempos en blanco y negro, suenan a polémica y son mal vistos: «Tendría que besarte, desnudarte, pegarte y luego violarte, hasta que digas sí, hasta que digas sí”, esa estrofa de la canción «Sí, sí» (2008)…cuantas buenas canciones en este 2022 no se habrían hecho en estos tiempos de «buenísmo» y de quedar bien, aunque la hipocresía siga más viva que nunca; para al final de más de dos horas concluir que la vidas de los rockeros pueden tener un final feliz sin necesidad de mentir ni de caer en el abismo.
Coque Malla presento su espectáculo «Mi nombre es Coque Malla. Una confesión musical» dentro de la programación de la 26º Edición del Valladolindie, el autodenominado «El Festival más largo del mundo» en el Teatro Carrión el pasado 12 de Marzo de 2022.
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