El mundo de la música tiene un cierto parecido con el del cine, todos los viernes llegan a la carteleras los estrenos de esa semana, generalmente protagonizados por un actor de éxito asegurado, guapo, atractivo, con sonrisa seductora, junto a una actriz de esas que llenan toneladas de hojas de papel couché…poco importa la calidad de las actuaciones o el guión o la historia; por regla general el éxito de publico suele estar asegurado solo con la presencia de ambos; sin embargo si te fijas con algo más de atención en esos carteles promocionarles sueles descubrir un buen número de actores o actrices de esas de reparto o secundarios que suelen sostener la historia y dan sentido a esa película y que en su humildad son los verdaderos protagonistas. Algo así pasa en la programación de los festivales, detrás de esos nombres de relumbrón, figuran esos secundarios de lujo que son los que dan realce a esos carteles que en muchas ocasiones parecen clonicos de un festival a otro.
Algo así le sucede al madrileño Jairo Zavala, un músico que celebra 10 años de su proyecto Depedro y que con su música vitalista y alegre, demostró a los presentes en la Antigua Hìpica Militar de Valladolid, que un secundario de lujo se puede convertir en el gran triunfador de una jornada, aun a pesar de que para parte de la prensa y de los presentes la verdadera apuesta todavía no había aparecido sobre el escenario que una impecable organización instalo en esta segunda edición de un Conexión Valladolid, que avanza hacia una consolidación, a pesar, de una programación excesivamente ecléctica y difusa. Acompañado por su banda: Martín Bruhn a la batería; Hector Rojo al bajo y Kike Fuentes a la guitarra, dio un rápido repaso a un cancionero que ha viajado a través del océano y visitado otros países, en donde la multiculturalidad de esas tierras se hace evidente y se convierte en su seña de identidad. Desde el primer trabajo Depedro (2008) a los que se han sumado Nubes de papel (2010), La increíble historia de un hombre bueno (2013) y El Pasajero (2016), hasta llegar a este ultimo con el que celebra esos 10 años de trayectoria, Todo va a salir bien (2018), donde reúne a un buen puñado de invitados para celebrarlo, como indica en una entrevista «esto es una celebración, un cumpleaños, más que una reivindicación. Primero porque no tengo la atención y nadie se iba enterar si tengo algo que demostrar y, segundo, porque el movimiento se demuestra andando y lo que hacemos es música», una reunión que se alimenta, ademas, de una historia que empezó con 19 años y que le ha llevado a pasar por convertirse en miembro de la banda estadounidense Calexico, de sus apariciones televisivas como guitarrista, de su colaboración con la banda de Lavapies Amparanoia o de su participación con el grupo Vacazul, con los que, también, edito cinco trabajos; unas etapas de la que se siente «completamente deudor de cada momento de mi vida musical. No habría sido Depedro nunca si no hubiese pasado por aquella etapa tan bonita en la que desarrollé mi personalidad artística», añade en la citada entrevista.
Uno de los conciertos que enamoraron a los presentes en esta segunda edición del Conexión Valladolid, que se celebro entre el 21 y el 22 de Junio de 2019 en las instalaciones de la Antigua Hípica Militar de Valladolid.