Los franceses son un gran pueblo, vale que nos han hecho algunas perradas, no lo dudo, como cuando nos invadieron por el 1808, pero ya se encargaron los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, junto a esos héroes anónimos, sin olvidarnos de Agustina de Aragón de volver las cosas a su cauce…aunque, a buen seguro nos habría resultado mucho más provechoso permanecer bajo el yugo gabacho, en un desarrollo normal los militares se habrían estado tocando «los huevos» en la taberna del cuartel (menos cuando dan golpes de estado) y Agustina pues a sus cosas, si ya se que esto en el 2022 es muy feo decirlo así, pero en el 1808 no estaba mal visto y, mucho menos, decirlo, pero tuvieron que rebelarse y así nos ha ido.
Los franceses al margen de tener el Festival de Cannes, la Torre Eiffel, y eso de las pelotitas y la raqueta que tanto ganamos en Roland Garros, recordemos que han inventado el cruasán, la guillotina, son una republica NADA bananera y, ¡sí! ya se que tienen un problemilla con la extrema derecha, pero encima consiguen que la izquierda se ponga de acuerdo y vayan todos a una…y es que, ahora caigo, que los Mosqueteros, también, son franceses.
Entre sus otras aportaciones encontramos el Día de la Música. Básicamente, así contado en plan cuñado, consiste que tú que eres un cesto tocando la flauta ese día, el 21 de Junio, te puedes bajar al portal y dar la turra a todo el vecindario sin el peligro de que algún comunero te tire un tiesto. Este día suele despertar muchas opiniones encontradas por parte de todos, por lo menos en esta ciudad. El Ayuntamiento ve una oportunidad de justificar que la cultura y en este caso la música le importa y hecha toda la carne en el asador…..bueno, en seguida se desinfla, cede unos espacios, coloca unas tomas de corriente y alquila unos equipos de sonido, los escenarios para otro año. Lo de una pequeña relación de espacios y de horarios, si pero no. Cuesta encontrar algo donde venga todo relacionado, pero gracias a alguien, siempre quedan algunas páginas o blog que dan algo de información de ese día. El Ayuntamiento también informa, que conste, pero se queda a medias. Algunos bares muy modernos del centro sacan un altavoz a la calle y arrean un chunda, chunda a todo trapo, que es una interpretación muy del estilo, «a mí me la pela todo y hago lo que quiero» muy propio de la hostelería de esta tierra. Y luego están los músicos y promotores que viven de esto, que no están muy por la labor, y no les falta razón….actuar sin cobrar y luego el resto del año la gente se achanta de cualquier concierto, excepto si es «free» o de una mega estrella de esas que nos llegan constantemente; no en vano, Valladolid, en palabras de su Alcalde «no tiene una Catedral de Burgos, ni un Acueducto, pero tiene un equipo de primera»….somos carne de cañón de Alejandro Sanz, Melendi, Estopa, pero por descontado nos olvidamos de giras de bandas internacionales/nacionales que paran, habitualmente, en Madrid o Barcelona, pero que también pasan por ciudades como Santander, León, Avilés o Valencia, esquivando esta, nuestra ciudad, un referente en la tapa y el vino pero que para la música sigue siendo bastante desconocida.
Afortunadamente contamos con gente y músicos que siguen dando luz a unos escenarios que son imprescindibles para sobrellevar el día a día: Conciertos Salvajes, el Valladolindie Elfestivalmaslargodelmundo, hasta ese incipiente y un poco dubitativo Conexión Valladolid (por cierto hoy presentado por un Alcalde que es mejor que se dedique a otros menesteres), salas como la Porta Caeli, Cientocero, o Asklepios y un montón de bandas o solistas que atesoran un montón de talento e ideas.
Un día que tendría que ser de 8.760 horas, es decir, todo el año, como tendría que ser todos los días del año el Día del Respeto, el de lavarse las manos, el de ceder el asiento a los ancianos en el bus, el de ceder el paso, el de respetar al diferente, etc.. Igual si lo hiciéramos extensivo a esos 365 días haríamos un mundo mejor, un mundo con más luz que nos alejaría de esta realidad llena de crispación, oscura y, por momentos, en blanco y negro. Mientras tanto disfrutaremos de este día (que curiosamente esquiva los barrios), escucharemos la flauta de nuestro vecino y de paso veremos algún grupo intentando descubrir alguna banda, que quien sabe, en un futuro llene cualquier escenario de un lejano Festival veraniego…..y es que soñar no cuesta nada.
El Día de la Música se ha celebra a lo largo de diferentes escenarios de la ciudad (Calle Solanilla, Casa del Sol, Mercado del Val, Plaza de la Universidad, Plaza de Santa Ana, Plaza de Cantarranas, Portugalete, Plaza de Federico de Wattenberg, Plaza de España) el pasado 21 de Junio de 2022 entre las 12:00 horas del mediodía hasta las 23:00 horas de la noche.