La vida es cuestión de prioridades. En Valladolid, un 13 de diciembre de 2024, 5.600 metros separan dos maneras de ver y de disfrutar la vida, una moneda con dos caras, y una de ellas es, claramente, mejor que la otra…En Valladolid a punto de acabar este 2024, 5.600 metros separan dos maneras de ver la cultura.
En uno de los lados de esa supuesta moneda, un museo, el museo Patio Herreriano, un recinto que tendría que ser un templo del conocimiento y del saber, un refugio del arte, acoge en uno de sus salones algo que algunos, los máximos, representantes de la cultura local llaman, “Los tú a tú del Ateneo”, por cierto, según la RAE, la definición de Ateneo es: Asociación cultural, generalmente de tipo científico o literario; y donde esos mismos representantes han soltado un «pastizal indecente» a una empresa privada para que lo gestione y realice, entre otras cosas, visitas turísticas navideñas a la Plaza de Toros de la ciudad. Por supuesto la cosa literaria se resume en,«rememorar anécdotas, curiosidades y un sinfín de historias desconocidas»…vamos lo que son, popularmente denominados chascarrillos, pero dicho en plan fino y literario, comentados por un tipo, Padilla, que recibe el sobrenombre de «maestro», algo que dice muy poco del nivel cultural del país, cuyo máximo oficio y beneficio es matar toros y, a su lado, escuchándole, Adolfo Suárez Illana, gran aficionado, según indica su currículum, a la caza, los toros, novillero en su juventud e hijo de Adolfo Suárez.
En la otra cara de esa supuesta moneda nos encontramos a una pequeña compañía de teatro modesta, o no tan modesta: «Drac D’or mejor Dramaturgia» en la Fira titelles Lleida 2022; premios tienen, realizando CULTURA de verdad, ARTE de verdad, ante un PÚBLICO de verdad, en otra de las joyas de esta ciudad, la Sala Concha Velasco, un lujo de recinto de cuando todos éramos ricos en tiempos pasados, para caer rendidos ante unos reptiles donde solo ese piano que simulaba el caparazón de una tortuga caretta caretta, tiene más que contar que los de la charleta del otro lado de la moneda.
La murciana Dora Cantero, autora, directora e intérprete; junto al músico y actor catalán, Joan Bramon Mora, ayudados por Ivo García Suñé, nos presentaron ese «El tiempo de las tortugas», una historia que nos emocionó, nos enterneció nos hizo reír e incluso, a algunos, les hizo darse cuenta de que el mundo es redondo…bueno la verdad es que esos no se enteraron porque, mayoritariamente, estaban en el Patio Herreriano.
Karim Dakroub, Baabda (Libano), director de teatro, titiritero, psicólogo clínico/psicoterapeuta y consultor psicosocial, contaba en la revista Titeresante en Noviembre del 2022: «El espectáculo comienza con una conferencia sobre la tortuga, un ser frágil y vulnerable, a pesar de la impenetrable armadura en la que reside». Dora nos arrastra con un suave humor a un juego oculto donde «nos pone un suave espejo delante de la cara para hacernos comprender que el ser en peligro no es la tortuga, sino el humano que llevamos dentro».
Luisa Valares, actriz, profesora, fotógrafa y amiga añade: «una lección magistral, una reflexión continua sobre lo que somos y el riesgo que corremos…es un viaje emocional a través de los poemas de Dora Cantero y la delicada presencia musical de Joan Bramon».
Karim Dakroub, añadía en Titeresante, «la estructura simbólica de la representación se despliega sucesivamente con la actriz arrastrando el antiguo piano de madera hacia el centro del escenario, después de que éste haya pasado a formar parte del fondo escénico a la derecha del espectador. Este piano se convierte en una maqueta del caparazón de la tortuga, su cuerpo lleno de arrugas y laberintos. Nadie toca el piano, sus teclas rotas se nos revelan como si fueran el alma de esta mujer. Sólo queda desmontarlos y ponerlos en un cubo de recuerdos…La tortuga es engañada por la belleza del nylon y la mujer es engañada por la gente y las relaciones.»
Dora, esconde una tristeza que se eleva hasta la tragedia, a lo largo de la obra. En palabras del director libanés: «Es un poema teatral que pasa en silencio para cavar él mismo un tatuaje en las profundidades».
La cultura, la vida en el fondo, es cuestión de prioridades y de la perspectiva y de la distancia, en este caso en concreto, de unas prioridades que vienen marcadas por imaginarse cuantas cosas de provecho se podrían realizar con los presupuestos de esos “Los tú a tú del Ateneo”, y de esa perspectiva/distancia que marcan los 5.600 metros.
Dora Cantero, presentó «El Tiempo de las Tortugas» en la Sala Concha Velasco del Lava de Valladolid, el pasado 12 de Diciembre de 2024.
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