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Puede que si en los inicios de la civilización hubieran existido las redes sociales, esas serian, en la actualidad, la religión imperante; porque, al igual que en cualquier religión oficial, los caminos y los destinos de Dios, en las redes, son inescrutables, el éxito o la notoriedad que se alcanza en estos sitios es de difícil compresión. Saber la razón que lleva a un YouTube a permitirse, emigrar, a Andorra cual futbolista millonario, mientras su paginas acumulan cientos de visitas y los patrocinadores se pelean por él, es de difícil comprensión; aunque puede que estos misterios siempre hayan existido desde que el mundo es mundo; al fin y al cabo cual es la causa que arrastra a un escritor a ser recocido y a otros muchos vagar en el anonimato, a un música alcanzar la fama, mientras otros muchos con más méritos se diluyen cual azucarillos, o a cualquier otro miembro de la cultura vagar en el anonimato cuando gente sin oficio ni beneficio llenan portadas de revistas o horas de televisión.

Isaacc, trompeta junto a su hermana Nora, voz y Ukelele, cuentan las diferentes crónicas, que empezaron todo este negocio como un entretenimiento, un entretenimiento que para esta familia franco-coreana se ha transformado en un auténtico fenómeno viral en varios países como EE.UU, México, Francia, Colombia y también en el nuestro; tienen a su favor que se dan al folclore latino, cuando lo actual y más fácil seria dedicarse al Reguetón o al Trap. Sobre el escenario les acompaña Nicolás, su padre a la guitarra, y entre los cinco desgranaron parte de ese folclore latinoamericano que nos hace viajar por mundos paradisiacos o reivindicar la igualdad de los pueblos, en el reverso de la moneda, no dejan de ser una formación de niños y eso, por lo menos a mí, me confunde.