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Acabaron las Fiestas de Valladolid, y como siempre según el lado desde que las mires, el resultado es o positivo o muy negativo….no tenemos termino medio. Para nuestro ye-ye Edíl han sido las mejores del mundo mundial, por participación de la gente, los memorables conciertos y el éxito de las diferentes actividades. Para la oposición pues cojean por todos los lados…gasto desproporcionado, igual alguna actividad ha sobrado, pero  reconocen que la gente ha llenado las diferentes actividades (eso no se puede obviar), aunque ponen la coletilla de que veníamos de dos años de sequia absoluta y la gente tenia ganas de fiesta. Y para el pueblo, pues lo de siempre, algunos muy bien, algunos muy mal, y algunos «ni fu ni fa»…vamos la vida misma. igual algunos si en lugar de traer a los vallecanos Ska-P, hubieran acercado a Bertín o José Manuel Soto, la cosa cambiaria, pero por lo menos se tendrán que conformar con Marta Sánchez, que menos da una piedra.

Yo, por suerte para mí, me conformo con estos chicos y con los protagonistas de la noche, los suecos The Hides…aunque, igual, los protagonistas, de verdad, fueron este cuarteto/quinteto de gafas-pastas, calvos y bastantes descerebrados, que entre recuerdos del Merino, el Penicilino, o la Mejillonera, surfearon, no sobre las sucias aguas del Pisuerga, sino sobre la niebla, que en una oferta del Carrefour o del Amazón, los responsables del escenario han debido de comprar, y a buen precio.

Sus inicios se remontan a eso del 2008 después de ser abducidos por los conciertos de Neanderthals y The Hi-Risers en el festival Freakland 2007 celebrado en Ponferrada (León), una suerte para nosotros, porque si en lugar de ser abducidos por ellos lo hubiesen sido por el J.M.Soto, ahora estarían liados con la Copla, y desde ese celebrado 2007 han llevado a la practica un simple dicho: “nuestro principal objetivo es pasarlo en grande en los conciertos, y que sean una fiesta», y eso lo consiguen siempre, por lo  menos las veces que yo le he visto, que ya son unas cuantas.

Siempre saltando, corriendo y «cosas» varias (pero buenas, mal pensados) como frontman de estos chicos nos encontramos a Quico Arribas, a la voz; Rob Valentine, un tipo que como sus ancestros, toca una cuerda con un dedo, a la guitarra; Pable Tombstone, maltratando y sacando brillo, a la batería y el incombustible y siempre sonriente, Fernando Su al bajo, al que añadiremos a ese quinto Beatles, fugado a tierras malagueñas por amor a las verduras y hortalizas, pero que en ocasiones se deja caer, y esta vez era imposible no estar, Dan Strychnine al bajo, son sus integrantes.

Tienen una filosofía muy sencilla (o no) de la vida; las chicas, las fiestas rockanrroleras, el surf, la playa, las gafas negras, la fruta variada del tiempo, en especial los limones, más chicas, los tatuajes, las corbatas, ¡chicas! y diferentes chascarrillos son las cosas que les mueve, cosas de andar por casa y ¡las chicas!.