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Cuentan que «La música es el arte de medir el tiempo». Si esa afirmación es cierta, el saxofonista nacido en Saint Thomas (Islas Vírgenes) en 1960, es un autentico maestro relojero. Desde muy temprano, se inició en bandas de Calypso, hasta que dio el salto a la ciudad de Nueva York, se define como un «Jazz Messenger por el resto de mi vida», a raíz de su colaboración con Art Blakey y sus The Jazz Messengers, una de las formaciones imprescindibles de la historia,  y sin la cual esa misma historia de este genero no se entendería.

El saxofonista de Las Islas Vírgenes, a finales de los años setenta, estudió en la prestigiosa Berklee College of Music de Boston,  y entre sus compañeros estaban los también saxofonistas, Branford Marsalis o Greg Osby. Con el trompetista Wallace Roney forma banda, pero Art Blakey se fija en su peculiar y poderoso sonido y decide que será su próximo fichaje. Desde 1982 hasta 1986 formó parte de Art Blakey and the Jazz Messengers, una de las formaciones más soberbias e impactantes liderada por uno de los mejores bateristas de todos los tiempos, y con ellos grabó 3 álbumes de estudio, “New York Scene”(1984), “Blue Night”(1985) y “Feeling Good”(1986). El primero de ellos “New York Scene”, fue ganador de un Grammy a la Mejor Interpretación Instrumental de Jazz.

Sostiene Federico González (El País), que John Coltrane, Sonny Rollins y Dexter Gordon son sus modelos; del primero toma la locuacidad y la vehemencia; del segundo, el fraseo quebradizo y la fantasía rítmica; del tercero, el sonido grueso y noble….todo ello hace que sea conocido por un sonido poderoso que, unido a la riqueza de su fraseo y la originalidad de sus creaciones, hacen de él un músico singular, que transita en ocasiones por el funky pero permaneciendo siempre  respetuoso con la tradición del jazz moderno, y al que define en una frase: “En la música de Jean Toussaint hay disciplina y hay libertad”.