«Ha sido mi primer Huercasa y le tenía muchas ganas a este festival. Si no había ido antes es por los Fest montados en años anteriores en Frías que casi coincidieron en fechas o de resaca de la organización de los mismos o por otras razones (justo el año pasado desde Hyde Park (Tom Petty & The Heartbreakers) veíamos por el móvil las lluvias en Riaza.
La verdad es que como nos dijo “El Majete”, un gestor de vinos de Ribera en Roa, lo importante de una buena botella de vino es cómo la acompañes (amigos, charla, viandas, atrezzo, lugar, día que tengas, ceremonia, pasión, ritual, etc…).
Nada mejor para describir este Huercasa. Desde el año pasado circulando en bici por Oxford Street rumbo a Marble Arch y luego al Speakers Corner para ir a ver a Tom (una locura que recomiendo-circular en bici por la avenida más transitada de la ciudad) mi amigo Gari y un servidor, decidimos darnos un finde de rock, soul y pasión por la música y éste año tocaba el festival inlander segoviano y por muchas razones pero por dos principales John Hiatt & The Goners/ Steve Earle & The Dukes lo que incluye dos super extras: Sonny Landreth con el primero y The Mastersons con el hardcore trobadour y otra por ver a amigos que aman la música.
La impresión de la organización ha sido buenísima. En muchos aspectos me ha recordado al ARF de Gasteiz e incluso al BBK Legends donde te sientes muy a gusto, sin agobios pero aquí en medio del bosque con la sierra al fondo más verde que nunca y con un escenario muy bonito y de dimensiones todavía humanas y cercanas le dan un plus muy especial.
Lo del público ya es para gustos pero me dio la sensación de mucho pijo madrileño que no sabe que el country no es Coyote Mix, ni ponerse un sombrero y unas botas camperas caras; el country es sencillez, es Hank, es white trash o como decía Levon de crackers.
Me da que la mitad (igual me quedo corto) no tenían ni puta idea de quién era John Hiatt, la verdad, pero seguro que van siempre que viene a tocar, a verle a Bruce. You know what I mean. Tienen todo el derecho a ir a hacer un poco el country y el turismeo rural customizado a la Far West pero ahí es donde encontré una diferencia más que notable con los festivales caseros homemade tipo el de Frías. A veces eres más country sin el disfraz y sin el oropel, la música se lleva en el corazón o incluso en el contraste, la camiseta que más me gustó era la de un tío que llevaba a los Clash en el pecho. Johnny Cash luce como la de New Order.
La medía de edad, ustedes la imaginan, pero de vez en cuando o había un chaval con el Harvest en su T Shirt u otro que te preguntaba que canción era la que estaban cantando los Heathens ( Blue de los Jayhawks ) y la apuntaba en su móvil y me salía una sonrisa de esperanza inmensa. Las canciones no engañan, los géneros y tribus sí.
La comida y birras son bastante buenas comparadas con las de otros festivales, el tema de organización, de que los menores de 16 años no paguen es de aplaudirles a rabiar.
La composición de los carteles es en mi opinión mejorable en cuanto a la representación de bandas de aquí: me refiero a que esos artistas de tufo country Disney o country de ese que vetó en su momento el Nashville Skyline por impuro, para mi sobran. Me refiero a la artista primera del sábado que gritaba como una posesa. Una Shakira muy, muy country. Aunque teniendo en cuenta que hay que hacer el pasito country line de los cojones, pues claro, tiene que haber ese tipo de artistas que cuando has escuchado uno, has escuchado todas. Pero bueno gracias a ese tirón mediático y posturero tenemos estos privilegios de artistas y a los programadores y gurús del Festi que saben a qué pichón tirar. Por favor, Willie Nelson ya antes de que no le tengamos.
Pero este año poco de eso ha habido ya que de los 6 artistas, todos USA, tres pases han sido extraordinarios. Muy curioso ver como Steve Earle lo es todo menos country line y coyote mix, él hubiera sido el chico con la camiseta de los Clash.
Ver a críos por todas las partes y familias enteras lo hace todo mucho más agradable, el público es tan respetuoso que en momentos no se oía más que a los artistas tocar y cantar, algo que en este país tan maleducado al respecto es un milagro. La temperatura gozosa para paraje serrano, hasta las 12 de la noche no necesitabas la chupa vaquera.
El sonido ha sido de sobresaliente, si bien destacar que en mi obsesión de la primera fila (mea culpa) para sentir más todo (me paso también en el BBK Legends con Steve Winwood) perdemos matices de la pista vocal. Lo comprobé con Earle ya que a mitad del concierto me fui para atrás y ahí sonaba de lujo su rasposa y emocionante voz y en primera fila no. Detrás era el sonido todo compacto y demoledor el de los Dukes, flipante. Era Steve Earle, no admite copias.
Qué buena música hemos escuchado en los viajes en coche brothers and sisters! De NRBQ a Blue Rodeo, de los Sheepdogs a Ry Cooder, buah, con esos cielos mesetarios llenos de nubes y cimborrios de algodón, con esa luz que abraza a nosotros los norteños, en el verano más verde en milenios.
Que chula es la perspectiva de llegar a Riaza desde que dejas la autovía bajando desde el norte de Burgos.
Escuchamos parte del pase de Jaime Wyatt y nos gustó auque tiene todavía que tomar mucha crema de cacahute para llegar a ser una artista relevante como lo es Kelly Willis a la que en cosas me recordó. Impecable con su traje y sombrero blanco roto ella quiere hacerse un sitio en la escena y la verdad es que lo hace con pasión. El estilo lo veo poco personal pero todo se andará, es muy joven.
The Cadillac Three eran más trashers y sonsaban muy bien para su estilo pero por querencias aprovechamos a escucharles mientras cenamos la burger en la campa y saludamos a un montón de queridos amigos. Está bien que su propuesta más azkenera tenga presencia en Huercasa para compensar estilos y ser más representativo de lo que la palabra country representa y de la amplitud que tiene.
Y llegó Hiatt con los Goners y triunfó. Porque esos artistas de los setenta son únicos y con ellos se nos va a escapar una forma de interpretar legendaria y una elegancia tan putoámica que te revienta el corazón. Además hacerse del tirón por sus 30 primaveras el Slow Turning es algo único y si lo combinas con dos o tres gemas del Bring The family y la sublime Riding With The King, te queda un setlist de infarto.
El cubista y cajun Sonny Landreth, un genio, todo sea dicho, le da todo el empaque al sonido tocando las seis cuerdas con unos slides en los dedos que parecen de mantequilla normanda, golpeando la guitarra, sacándole todo el sonido de su madera, haciéndolo tan fácil pero a la vez tan sofisticado que verle en directo es un primor. Eso unido a que había un teclado Yamaha ( era mi cuarto Hiatt y en los otros tres – dos en Bilbao, uno en Donostia-no había ni teclado, ni Sonny) lo iban a convertir en algo mucho más soul o por lo menos con unos temas souleros.
Y así fue, ya que si las canciones de country-rock del Slow Turning, así como las de puro blues, sur y/o rock& roll sonaron con un groove perfecto que te hace sudar de placer, los dos momentos Yamaha no fueron de este mundo: la perla Is Anybody There ( jamás imaginaba poder escuchar semejante favorita digna del Spirit In the Dark de Aretha) y la en modo solateras POM absoluta de todos los tiempos, Have a Little faith in me, que ningún anuncio de colonia o banda sonora de película mala podrá quitarle ese estatus.
En fin , creo que a pesar de que la voz de John acusa la Bella Arruga, tiene más verdad y alma que todos los wannabes del mundo mundial del nuevo soul, negros , blancos o amarillos. Y es que es una voz tan suya, tan reconocible, tan emotiva. No olvidemos que esos discos los compuso de la misma guisa personal que Bobby en Blood on The Tracks, eso no me olvido.
Y si hubiera tocado de propina con su acústica preciosa y en open chords su Learning How To Love You, yo directamente me hubiera muerto del placer, eso por poner un estúpido pero de fan ansioso. Ha merecido la pena ir allí solo por el feels Like Rain, simpre merece la pena aunque solo tocara esa canción ir a verle. Chipichapachipichapa, así suena la lluvia en el Feels.
En fin una hermosura y un antológico concierto el de Hiatt y sus Goners. Continuará…»
Joserra Rodriguez
John Hiatt & The Goners cerro el primer día de esta V Edfición del Huercasa Country Festival el pasado día 6 de Julio de 2018 en la localidad de Riaza (Segovia); y si la banda que acompaña al señor Hiatt esta integrada por Sonny Landreth conocido como el “rey del Slydeco”, por su maestría en el manejo del slide bajo el influjo del blues de Louisiana, a la guitarra, Slide y coros; David Ranson al bajo y Kenneth Blevins a la batería y coros; los mismos que grabaron «Slow Turning», el noveno álbum de su andadura discográfica, que cumple 30 años este mes de Agosto.