Cuando a finales del año pasado Juan Perro, editaba su sexto disco de estudio, “El viaje”, un amigo me comentaba que era un poco como “Nebraska” de Springsteen. Yo le comenté mis dudas, serias dudas, y le traté de razonar que mientras la incipiente y rutilante estrella americana se marcaba un capricho/necesidad de desintoxicar la mente en un grabador de 4 pistas, la leyenda aragonesa se marcaba un anti capricho/necesidad de subsistencia con el destino de exponer sus canciones y romper un silencio de cinco años. a un público que hemos abandonado el concepto del disfrute lento de la obra en su deleite completo por un efímero y falso fast listening, que al final no nos aporta nada. Pero ese es otro problema.
La actuación en el Estival 2017 de Valladolid, bajo el formato de sexteto, gozoso sexteto, vuelve a ratificarme en la idea anterior. Mientras que “Nebraska” grabado con banda habría una mejora en cuatro o cinco temas, “El viaje” con banda y algún recurso a mayores, habría sido un gozoso cruce de fronteras y sonidos, maldito parné. Así qué Santiago Auserón se presentaba ante un nutrido auditorio, maduro, de la promoción universitaria de los ochentas (paradoja de una programación de la Universidad que un amigo me señalaba había olvidado el gusto de los alumnos pasando a ser del gusto del claustro de profesores), pero ese es otro problema.
A pecho descubierto, dispuesto a defender un disco que poca gente había escuchado (tocó 10 canciones del mismo), y ayudado por el excelente respaldo sonoro de una intachable formación, se obró el milagro que a veces la música consigue, la conexión desde el escenario con el público. Magia en la noche y una banda que en ningún momento perdió el toque ni se dejó arrastrar por los deseos revivalistas que el público de mi quinta tenemos, ese afán de volver a los ochenta, como si por ello fueran a quitarnos treinta años de un plumazo, pero ese es otro problema
Si al descubrimiento sonoro de la riqueza de los temas de “El viaje” le añadimos algún momento excelso de un impecable cancionero, “Fonda de Dolores”, “No más lágrimas” o “El cigarrito” y la única concesión final, “Semilla negra”, más versión Juan Perro que Radio Futura, el resultado que se logró en la hora y tres cuartos rozó la perfección de un artista que derrocha calidez, canciones, elegancia y presencia escénica, y que con banda consigue que las canciones vuelen. Pena que el mercado marque las formaciones y que la necesidad haya llevado a la precariedad, pero ese es otro problema, y más general.
Tomi
Santiago Auserón, en la figura de Juan Perro, voz y guitarra; actuó dentro de la programación que la Universidad de Valladolid, a través de las manos del Centro Buendía organiza en él, por ahora, XX Edición del EstivalUVa acompañado por una banda que rozo la perfección; su inseparable Joan Vinyals a la guitarra; David Pastor, trompeta; Gabriel Amargant, saxófono; Pere Fover a la batería y Isaac Coll al bajo. Concierto excelso, de lo mejor que hemos visto en esta ciudad en mucho tiempo y que el centenario Patio de la Hospedería de San Benito acogió entre sus columnas el pasado día 18 de Julio de 2017.
[…] de Cultura de España desde el año 2009. A lo largo de estos años lo han recibido Serrat, Amaral, Santiago Auserón, Kiko Veneno, Luz Casal, Carmen París, Jorge Pardo, Martirio y en este 2017 el mencionado Javier […]