SANADOR DE ESPÍRITUS.
La noche se hizo muy corta desde que José Ignacio García Lapido cantó la primera estrofa de “El más allá”:
“Ronda un gato persa por mis sueños
hablándome de muerte y de amor,
me ve como a ese viejo príncipe del dolor
al que el tiempo convirtió en piedra el corazón.”
y el momento en que cantó la última estrofa de “Algo me aleja de ti”:
“La orquesta tocaba Moon River,
y el viento dejó de mentir.
Creo recordar que luego dijiste:
algo me aleja de ti, algo me aleja de ti, algo me aleja de ti.”
Entre ambos momentos había pasado algo más de hora y media de un recorrido por el cancionero del granadino, que presentaba su último disco, “A primera sangre” (2023), al que reservó un bloque casi temático del disco mediado el concierto. Ahí sonaron “De cuando no había nacido”, “Curados de espanto”, “Arrasando”, “Antes de que acabe el día” y “Malos pensamientos”, en versiones desnudas que te agarraban al asiento porque allí no había trampa ni cartón, simplemente un músico impecable que entregaba sus canciones con respeto a las versiones editadas y al oyente.
La carrera en solitario de José Ignacio empezó según se despedía el siglo XX con el disco “Ladridos del perro mágico” (1999), precisamente el único del que no sonó ningún tema a lo largo de la noche. La verdad es que solamente se remontó al siglo pasado con el guiño a 091 con su “Espejismo nº 8”, al fin y al cabo, ocho discos largos ya le proporcionan unos argumentos más que sólidos para enfrentarse al directo, aunque sea en forma de trovador acústico.
Y así se presentó en la sala Asklepios, convertida en un club de jazz o por ser más concreto en un club de cantautores. Porque Lapido despojó a sus composiciones de todos los brillos y oropeles que cinceló entre el proceso de composición y el resultado final del estudio de grabación. Pero el resultado final es que las canciones seguían manteniendo la brillantez y la solidez de las originales, el trovador actuaba sin máscara y sin red, con su guitarra y su verdad como única defensa y, opinión personal, nos cautivó de principio a fin.
El viaje abarcó un poco de todos sus discos del siglo XXI, desde la más antigua “Humo” a la más reciente, exceptuando las del nuevo disco, “La versión oficial», carne de gallina, con la que cerraba el concierto para dar paso a unos bises a la altura de lo que se podía imaginar: “Con la lluvia del amanecer”, “En el ángulo muerto”, “La antesala del dolor” y “Algo me aleja de ti” para rematar el poker final de una mano absolutamente exquisita. Gracias, José Ignacio García Lapido.
Tomi Diez Madrigal
Lapido acompañado de sus guitarras y enfundado en ese guante al modo de Etienne M’Bappe, nos visitó el pasado día 2 de Febrero de 2024, iniciando esa «Gira 2024.A Primera Sangre. Formato Acústico», dentro de esa magnífica programación con la que el Valladolindie el autodenominado «Festival más largo del mundo» celebra su vigésimo octava edición, en la Sala Asklepios de Valladolid.