Desde el cambio en la Alcaldía en el Ayuntamiento de Valladolid, las normas se han relajado (en el panorama de los espectáculos), y la manga ancha se ha ampliado, en cierta medida. No es que nada este resuelto, en el fondo todo sigue igual, pero se mira para otro lado y se relajan las posturas…..esto favorece a todos, locales, grupos y público. Estos últimos pueden disfrutar de música en lugares y en horarios que hasta la fecha no eran corrientes, (están muy de moda los conciertos vermuts), los locales amplían su oferta y sacan partido aumentado unos ingresos, porque no nos engañemos, puede que hace unos años el romanticismo en esto de la música existiera, pero en la actualidad, salvo algunos “descerebrados”, léase Reducto Sónico y pocos más, lo que prima es el resultado, los bares lo hacen porque, al fin y al cabo, gracias a estos conciertos se acerca gente que consume y que de otras maneras tendrían difícil pasarse por esos locales, y los últimos pero lo más importante, los músicos tienen la oportunidad de poder tocar en directo, los grupos más noveles pueden ir cogiendo experiencia, y descubriendo las cosas buenas y malas que tienen esta afición…afición, sí, porque en gran medida nadie vive de la música, sobre todo en esta ciudad y las formaciones más veteranas tienen nuevos lugares donde poder seguir tocando ante sus amigos o seguidores. Nadie nace enseñado, pero algunos bares y locales que ofrecen música, piensan que sobre sus escenarios solo pueden posicionarse bandas con un grado de “profesionalidad” que solo se sitúa en la imaginación del propietario del negocio, bandas con un bagaje importante, con un recorrido amplio y que, en algunas ocasiones, se supone, tendrían que estar agradecidos por la oportunidad que se les ofrece (y gracias), eso sin contar que dan por hecho que bandas con chavales de 17-19 años se tienen que plantar en el local con su técnico de sonido, equipo etc…porque, por descontado, de no ser así, se da por descontado su falta de profesionalidad y falta de actitud.
La fotografía corresponde al concierto, que no fue, de Malos Hábitos en el Herminios, el pasado día 15 de Abril de 2016, un quinteto vallisoletano, joven pero con muchas ganas. Una banda (para esta ocasión en formato acústico), interesante y que trabaja con ganas e ilusión (aunque no podemos negar que algunas veces se les nota su inexperiencia). Cuentan con temas propios nada despreciables, pero, a la vez, miran hacia atrás y tratan con respeto a bandas que, para ellos son un referente, y que demuestra que poseen un buen gusto…. Pero, lastima, no son profesionales, y es que hasta los grandes grupos de la historia tuvieron un inicio….