Hace unos días, en el transcurso de un concierto de un celebre artista, de esos que rompen listas de éxito a base de descargas y visionados prohibitivos, en una localidad cercana a la capital; dos reconocidos miembros de la prensa, comentaban lo chirriante que resultaba la inclusión de la banda Los Planetas en la programación de las fiestas de la localidad. esto da idea de lo «triste» y simplón de una programación que es alabada por prensa generalista y políticos de diferentes y variados partidos, (a todo esto tenemos que mencionar la pequeña bolsa de aire que puede representar algunos de las bandas teloneras del escenario principal, y las actividades en la zona de las Moreras).
Desde Bogotá nos llego el pasado día 5 de Septiembre de 2017 dentro de esta programación de fiestas la banda Morat. Considerados como una de las «nuevas promesas» de la música latinoamericana, ya pasaron por esta ciudad hace unos meses (la diversidad de la programación no es que sea especialmente original este año….ni otros). Morat son un destilado de poses, a las que se suman más poses, y más poses, y así hasta el infinito….y cuando se les agota el «paquete», abren otro y nos vuelven a regalar con otra nueva sesión de poses; todo mezclado y aderezado con ritmos y melodías sencillas y repetitivas, actas para el consumo inmediato de miles de adolescentes que gritan y jadean ante su presencia. Morat son Juan Pablo Isaza, guitarra y voz; Simón Vargas, bajo y voz; Juan Pablo Villamil, banjo, guitarra y voz; y Martín Vargas, batería, percusión y voz. Mucho humo (físico) sobre en escenario y mucho humo musical, grupo de consumo inmediato, que en unos años dejara su lugar a otros Morat, porque, al fin y al cabo, las leyes que marca la industria son las que son….