«The only band that matters/la única banda que importa»
En 1976 surgieron en el oeste de Londres, en la calle Ladbroke Grove, The Clash; la Santísima Trinidad del Rock personal junto a The Ramones y The Jam.
Joe Strummer, voz y guitarra; Mick Jones, guitarra y voz; Paul Simonon al bajo y voz y el baterista Nicky «Topper» Headon; el núcleo duro de la formación londinense, desempeñaron un papel fundamental en la creación y definición del movimiento punk, intercalando multitud de estilos como el reggae, el rock, rockabilly, ska, el jazz, el funk, el dub (un tipo de música electrónica) o el rhythm and blues. Su activismo político junto a ese ideal de no priorizar el dinero ha influenciado a un buen número de formaciones posteriores…lo del dinero no lo tengo tan claro, pero es evidente que formaciones como U2, Mano Negra o los más cercanos Kortatu, reconocen que han bebido directamente de ellos y de ese activismo.
Todo ello queda reflejado en una discografía excelente: «The Clash» (1977), «Give ‘Em Enough Rope» (1978), el icónico «London Calling» (1979), ese tiple, igual desdeñado en un principio, pero finalmente valorado, «Sandinista! «(1980), «Combat Rock» (1982), el último con la formación clásica, y ese epilogo ya con todos los mimbres rotos de la banda que es «Cut the Crap» (1985).
Contrarios al imperialismo norteamericano y enfrentados a la guerra; la banda genero esa épica, hoy casi perdida, de que la música popular tenía un peso en la formación ideológica de los individuos…y que podía unir y cambiar a la sociedad, donde los grupos de rock se comprometían con la sociedad; bueno, eso era a mediados de los años 70 del pasado siglo, hoy casi estrenando el 2025, donde un chaval o una chavala de instituto escuchan la música en una playlist de Spotify, donde los cantantes más populares son, Billie Eilish, Bad Bunny, Selena Gomez, Beyoncé, Drake o Dua Lipa, por citar solo a unos pocos, esa épica, casi es un sueño irrecuperable.
Sea un sueño perdido para siempre o algo que, quien sabe si retornará, Rubén Flaco a la voz y guitarra junto a sus compadres, Rafa Chail, guitarra y voz; Alvaro Varas al bajo y voz; y esa máquina de maltratar la batería que es Pable Tombstone, bajo ese nombre de «Revolution Rockers», dieron un homenaje sentido y merecido a uno de los grupos más explosivos y emocionantes de la historia del rock and roll, ese que creó canciones que son parte de la vida de mucha gente, de mi vida, de ese grupo que un periodista del New Musical Express en su primer concierto escribió: «The Clash are the kind of garage band who should speedly be returned to their garage, preferably with the door locked and the motor running/The Clash es la clase de banda de garaje que debería rápidamente regresar a su garaje, preferiblemente con la puerta cerrada y el motor en marcha»; para acabar sellando con letras de oro esa leyenda de: «the only band that matters/la única banda que importa», señalando que la banda de Londres nunca se desvió de sus ideales ni de sus costumbres por buscar beneficios personales.
A la fiesta se unieron muchos amigos que no se quisieron perder este reconocimiento a una formación que es uno de los pilares de la historia de la música popular; NachoLissa, Óscar Vizán, el mítico Agustín Villafañez, Clemente de Pablos alias Paul Zafiro, Peib Marinas, Juan Ra y Javi Frankelo…nos los recordaron y, porque no, nos hicieron soltar unas lagrimillas recordando esos años, no se si más gloriosos, pero sí pasados.
Revolution Rockers & 𝗙riends: «Play The Clash songs», rindió un reconocimiento en la Sala Cientocero de Valladolid el pasado 27 de Diciembre de 2024 a la leyenda que son The Clash.