No tengo por aquí el cartel, uno de los pocos que conservo, pero seria el entre el 1984/1986 cuando estos caballeros se dejaron ver por Barcelona, en los inicios de ellos como banda y cuando lo que se denomino Nuevo Rock Americano andaba despuntando. De esa época bandas como Guadalcanal Diary, Jason & The Scorchers, The Dream Syndicate, Los Lobos, Green on Red, The Smithereens, o Violent Femmes, marcaron un antes y un después, o por lo menos dejaron una cierta impronta en una parte de la música popular…y, llega el momento de presumir, pocos de los presentes en el Campo de las Delicias de Riaza pueden jactarse de haberlos visto y disfrutado en esa época (Salón Cibeles/Barcelona)…queda dicho.
El cuarteto de Los Ángeles toma su nombre de ese mágico western contemporaneo dirigido por el interesante Walter Hill, y en sus muy primeros inicios, el amigo Griffin podía presumir decontar con una banda con la que recorrer los clubs de Los Ángeles fuera cual fuera el ambiente, una formación capaz de tocar country rock con Rank & File, rythm & blues en el Palomino o rock de los sesenta con Bangles y Dream Syndicate, como relatan en el libro «Nuevo Rock Americano, años 80. Luces y sombras de un espejismo» (Editorial Milenio-2011), y acaban de editar un nuevo trabajo «Psychedelic Country Soul» (2019), tres décadas después de su ultima aventura impresa, esos cuatro primeros trabajos editados entre el 1984 y el 1987: «10-5-60″ (EP); «Native Sons»; «State of Our Unión» y «Two-Fisted Tales», y que se pueden catalogar como cultura, cultura popular. Después de un largo parón la banda se reactivo, en el 2014 y dieron una mini-gira que les acerco a tierras leonesas en su celebre Purplee Festival, y unos años antes, también se dejaron ver en una semana Negra de Gijón, así que había ganas de volver a disfrutar de Sid Griffin, guitarra, armónica y voz; Tom Stevens, bajo y voz; Stephen McCarthy, guitarra principal, banjo, mandolina, lap steel y voz; y Greg Sowders, batería y percusión, más después que la gran mayoría de la crítica especializada califica este nuevo trabajo de, como mínimo, de notable alto.
Las ganas y las expectativas eran muchas, pero el batacazo fue de los de época…..empezando por un encargado de las luces, que no solo en este concierto, sino en muchos otros, fue uno de los protagonistas de la noche o del día; siguiendo por los responsables de la organización de dejar reflejado a través de las imágenes los mejores momentos de esta VI Edición; siguiendo por todos esos profesionales que en el foso andan todo el tiempo tirando de ¡móviles!, junto que los responsables del, por llamarlo, sonido, que por momentos, no andaba nada fino, y acabando por que los argelinos, se bajaron del avión y se quedaron tomando unas cañas por la Plaza Mayor de Riaza o subidos al Acueducto…blanco y en botella; la decepción, creo que fue unánime y pocos salieron con un mínimo de positividad después de verlos; una autentica pena. A pesar de la simpatía y la empatia que el bueno de Sid Griffin intento transmitir, el resto de la banda dio la sensación de una falta manifiesta de ensayos y de cumplir el tramite lo antes posible y poco más…
Una buena banda, una de las favoritas entre las favoritas, que tuvo un mal día y que prometieron volver en unos meses, llegado el invierno, así que esperemos que tengan algo más de tiempo para ensayar y ponerle algo más de ganas; aunque, en su defensa, quien no ha tenido un más día de vez en cuando…y cuyas reflexiones o comentarios, aunque tengan un tiempo todavia en este 2019 se pueden aplicar: «…todos somos hijos nativos de nuestra cultura. No conviene renunciar a ella porque nos define y nos defiende de las mentiras, las medias verdades y los intereses poderosos de esos que solo piensan en cifras o en acaparar más poder.»…
The Long Ryders actuaron en el Campo de las Delicias de Riaza (Segovia) el pasado día 6 de Julio de 2019, dentro de la programación de la segunda jornada de la VI Edición del Huercasa Country Festival.