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El concierto de The Long Ryders , como todos los buenos conciertos, dio para mucho…muchas emociones, muchas sensaciones y, por supuesto, muchas imágenes.

Griffin, veterano músico, aparece con una imagen que de primeras engancha: melena canosa, bigote, camisa blanca, corbata y tirantes; los años, puede que le hayan marcado, pero desde luego los ha aprovechado muy bien. Con esta formación escribió unas cuantas páginas en la historia del rock a mediados de los 80´, se redescubrió como The Coal Porters girando por festivales de bluegrass, tanto en Europa como en América, se ha labrado un prestigio como periodista musical, y los libros que ha escrito sobre músicos como Gram Parsons o Dylan se cuentan entre lo mejor del género publicado en los últimos años. Siempre mantuvo una cierta crítica hacia la política de su País y en su regreso nos aproxima a un rock con raíces esplendido.

El resto de los miembros no desentonan para nada, no en vano como dejo entrever en una antigua entrevista tras su primera separación, la banda la forman los cuatro miembros, sin ellos no se concibe el grupo…por cierto, su visión de la vida es muy interesante y recomendable:… «No gano demasiado dinero pero eso no es lo más importante. Tengo mi familia y viajo por el mundo tocando en directo, escribo artículos y contribuyo en las reediciones de discos clásicos, y además tengo un montón de amigos en distintas partes del mundo».

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