Yo conozco a un tipo, de vista, que se cambia de camisa unas siete u ocho veces a lo largo del día…por descontado tiene una sirvienta brasileña, por cierto super maja, y tiene posibles, o por lo menos los tiene su padre.
La formación angelina, The Warlocks, sería el equivalente a este tipo en una banda de rock, si nos atenemos a la cantidad de músicos que han pasado por ella desde el 1998, momento en que el guitarrista y cantante Bobby Hecksher la monto. En la actualidad la banda la integran, un enigmático JC Rees a la guitarra; Earl V. Miller a la guitarra y con ese gorro ushanka, Marlena Schwenck al bajo; Oscar Ruvalcaba a la batería; y los ausentes, en este viaje, Rob Campanella a los teclados y Elina Yakubova a las percusiones.
Los angelinos se mueven por los terrenos que van desde el rock psicodélico hasta la música drone, un tipo de música que enfatiza los sonidos sostenidos; creando un muro de sonidos hipnóticos e implacables que sugieren una colisión entre la psicodelia clásica, el krautrock y The Velvet Underground, como cuentan en su hoja de promoción. Su primer trabajo, «Rise & Fall» (2000), sentó las bases de su sonido, a los que se han sumado, entre otros, «Surgery» (2005), «Heavy Deavy Skull Lover» (2007), «The Mirror Explodes» (2009) y el más reciente «The Chain» (2020). Estos trabajos junto a sus giras y un sonido particular han creado un culto mundial para la banda, convirtiéndolos en una referencia de culto.
Sonidos misteriosos y completamente bien avenidos, que si nos atenemos a crónicas pasadas se han dulcificado en directo, donde narraban que «Bobby Hecksher enloquecía, se quitaba la guitarra, la tiraba al suelo, sacudía el amplificador y bailaba desvergonzado con expresiones indescriptiblemente teatrales en su cara».…igual fue el «jet land», o la edad que pasa factura.
The Warlocks fueron otros de los invitados a esta 35º Edición del Purple Weekend, en el Palacio de Congreso y Exposiciones de León, el pasado 6 de Diciembre de 2024.