La historia se resume, más o menos, de la siguiente forma; hace 10 años Ángel Levid tenía unas canciones escritas y sentía la necesidad de enseñarlas en público, y para ello se rodeó de un grupo de amigos, creo que entre ellos ya estaba Miguel Ángel Tabares al bajo. Con el tiempo esa primeriza banda, con sus entradas y salidas, se ha ido asentando y ha dejado una colección de trabajos: «Tradición contemporánea» (2013), «Echando canciones» (2015), «Las manos se me escapan» (2017), «A la vera de La Esgueva» (2018), «A caramelo» (2020), junto al reciente «El tiempo en mi piel» (2023), un trabajo que presento en este mismo sitio, ya hace un año, y donde el músico afincado en la Cistérniga da por concluido un ciclo y celebra ese lustro de carrera.
Levid y su banda son de esas piezas anónimas pero fundamentales en esto de la música….disfrutan de un sueño y de una ilusión, a sabiendas, que por el terreno que se mueven es muy complicado tener sobre ellos la atención de un público o de una prensa deseosos de éxitos de usar y tirar, pero con la conciencia llena de satisfacción, porque ellos y otros muchos, afortunadamente, ponen, día a día su pequeño tributo en mantener un modo de expresión que, en sus muchas variantes, son una fuente de alergia, esperanza o alivio para mucha gente.
Su música se mueve por los terrenos del folk, aunque, supongo que a los muy puristas del genero, les salgan algún que otro sarpullido, porque no puede ocultar, en la manera de estar sobre el escenario o en el «retrogusto» de sus composiciones sus inicios en el mundo del pop o de las músicas más populares.
Un repaso a esos 10 años que le han aportado alegrías y alguna que otra pena, pero que le han servido para aprender y seguir en ese empeño de «transmitir» sensaciones y regalar felicidad, que al fin y a la postre, es lo que hace la música y por descontado sus artífices, los músicos; y para, como en la anterior ocasión, se ha rodeado de su banda habitual; César Gutiérrez, a las percusiones; Gastón Gómez, con las guitarras; el mencionado Miguel Ángel Tabares, al bajo y Mario Castán a los vientos tradicionales y tambor; a los que se sumaron a lo largo de la tarde/noche; Cristina Casado al violín; la Escuela de Pandereta Cris Zagaleja y la Escuela de Dulzaina Tierra de Pinares.
En este año que ha pasado desde la primera presentación el mundo no ha mejorado mucho, y como dice Ana de Armas que está espectacular, si antes estaba oscuro, un año después el negro nos acecha, así que gente como Ángel y su banda, son casi imprescindibles para aportar algo de luz y calor a nuestras existencias.
Angel Lévid y su «El Tiempo en mi piel. Fin de Gira 10º Aniversario» cerró un ciclo el pasado 13 de Enero de 2024, en el Auditorio C.C.Zona Este de Valladolid, y a por otros 10 años más.