Doña Maraca, Don Maraco, una gallina, un gocho, un moco verde (o dos), y un buen puñado de monitos….más bien gorilas, son los integrantes de esta banda del Tumbado, una formación que une la improvisación del Jazz con la alegria de los ritmos del Caribe, esos sonidos que elevan la temperatura a base de mambo, cumbia, merengue o el chachachá, en algo que la gente que entiende, bautizo como Latín Jazz….un palabro, resumiendo mucho la explicación, que equivale a la sonrisa en una cara (algo que en este 2020 nos tenemos que imaginar); el Latín Jazz seria, el equivalente a la sonrisa de la música, y eso en este 2020, si lo podemos ver y disfrutar, gracias a esta formación de procedencia dispar y extraña.
Hablar de José Luis Gutierrez a estas alturas no nos lleva a sorpresas, un tipo agradable y talentoso, que posiblemente si su lugar de nacimiento fuese un País Europeo o incluso las más cercanas Madrid o Barcelona tendria mucho más reconocimiento a nivel mediatico del que puede tener siendo de esta mediana ciudad de Provincia. Un tipo con una imaginación y con unas inquietudes notables y no hablo de su faceta como saxofonísta, que creo que es hartamente reconocida, incluso fuera de nuestras fronteras. El ValladolidJazz siempre suele guardar una jornada donde los niños, el publico más menudo es el protagonista, y ese día el Jazz, tan sesudo y serio, se pone los pantalones cortos y una camisa florida y bucea en sus sonidos más alegres y divertidos, y ademas, de una manera didáctica, les inicia, a estos menudos espectadores, en el conocimiento de los origenes de la musica o en los secretos de los instrumentos.
Para esta aventura, al margen de la fauna nombrada, Gutierrez, voz, saxofón y dirección de todo este tinglado, y al que no se le puede negar que tiene buen ojo, al margen de buenos pulmones, para saberse rodear de gente talentosa de esta ciudad, o de sus alrededores, como suele recordar en la presentación de ellos; a la sazón: el onmipresente, sonriente e insustituible Fernando Su a la guitarra y coros, los mas serios y comedidos Cesar Diez al contrabajo y Rubén Villadangos al piano, piano que no rompio, afortunadamente, ante la orden de uno de los gorilas de que lo destrozara, y los más discolos y gamberretes, Rafa Martín «Pirulo», dandole a las congas y percusiones, y Antolín Olea Barriga, a la batería y gritos variados.
Concierto muy entretenido, que en estos tiempos ya es mucho……que, creo gusto mucho a una audiencia menuda que lleno, dentro de todas las restricciones actuales una Sala Concha Velasco, que rio y disfruto con la interpretación de toda esta fauna. Sonaron temas propios y algunas versiones, incluido ese pequeño homenaje a Charlie Parker, del que ya esta 15º Edición dio un merecido reconocimiento en su 100 aniversario, «La maraca y el maraco», «Ponte el dedo e la nariz», «Ahora si», «El Moco Feliz», «Quizas, Quizas», «El Manisero» o «Caravan», fueron algunas de ellas, composiciones adaptadas para un público menudo pero de una factura notable. No se si el mundo del Latin-Jazz, del merengue, de las músicas caribeñas o en su defecto las bandas tributo sera, en el futuro, fuente de subsistencia de esta Banda del Tumbado y del bueno de Gutiérrez …pero por si acaso, les recomendaria que miraran de echar algún curriculum en esto de Royal Caribbean Cruceros, que barrunto que por estos lares, con algunos ajustes, tienen un futuro alegrando la vida a ricachones y jubilados…..y algunos nietos embarcados. Y seguro que la gallina, el gocho, la Maraca, el Maraco y el Moco tambien encuentran acomodo…al fin y al cabo son integrantes de derecho de esta banda del Tumbado.
Dentro de la programación del Valladolidjazz, este concierto infantil ya se ha convertido en un clásico a lo largo de estos años, algo asi como el turrón por Navidad, o los calzoncillos como regalo socorrido para cualquier padre que se precie, y esta 15ª Edición, a pesar de los problemas que arrastramos a costa de un virus (según Radio Maria creado por el Diablo en persona), no ha querido olvidarlo y no ha podido faltar a su cita anual. No esta de más valorar y recordar que los niños son los futuros espectadores de la música o de cualquier actividad cultural y cuanto más se les anime y se les motive, puede que en un futuro sigan axistiendo a conciertos o obras de teatro….y no esta de más subrayar que el publico que en este momento se deja ver por los conciertos, sin ir más lejos, es cada vez más mayor y el cambio generacional no se prodiga especialmente, asi que cualquier actividad, que fomente este cambio, es bien venida.
Jose Luis Gutierrez y la Banda del Tumbado, presentaron ‘La sonrisa del latin jazz’ dentro de la programación de la 15º Edición del ValladolidJazz, en la Sala Concha Velasco del Lava de Valladolid el pasado 22 de Noviembre de 2020.