El pasado día 25 de Mayo de 2018, Valladolid se vistió sus mejores galas para recibir a José Mª Granados y sus chicos, una de las leyendas por lo que la música popular de esta península puede presumir. Junto a ellos les precedieron los madrileños, de Villaviciosa de Odón, Las Ardillas de Dakota, formación que resume, a la postre, lo que es (o lo que significa) la música para bastante gente; banda voluntariosa que gracias a la ilusión y a su entrega mantienen encendida, o viva, la llama del rock, una música popular que en los últimos años languidece poco a poco, consumida por una industria voraz, unos fenómenos televisivos llenos de cifras y un desinterés general por parte de un público acomodaticio y de unos responsables de la cultura que solo en fechas muy concretas se mueven y activan.
Banda pequeña pero con una larga trayectoria detrás de ellos; sus inicios se remontan a 1987, cuyo único premio es disfrutar con un número más o menos extenso de seguidores de una música que libera cuerpos y mentes, almas y nos hace más felices por unos momentos. Formaciones como ella contribuyen a alimentar un sueño, un sueño en donde la música, el tener o formar parte de una banda de rock tiene una cierta transcendencia y es que, al fin y al cabo, quién no ha soñado en alguna ocasión con ser una estrella del rock, y por descontado, aunque no lo sean a nivel de cifras, estos chicos lo son, aunque sea por unos momentos.
La banda la integran José Mora, voz y guitarra; Fernando Cobos, bajo; Roberto Carrillo, batería y Miguel Ángel Sánchez, guitarra que, cuentan, a regresado a su antigua formación Controlde Gravedad y o ha reemplazado esta nueva etapa Augusto Blanco.
Cuentan con varias maquetas, y varios trabajos editados: «Cruce de caminos»(1995); «Como ayer»(2012); «Por cualquier razón»(2013) y «Volver a empezar»(2017).
Las Ardillas de Dakota actuaron el pasado día 25 de Mayo de 2018 en la Sala Black Pearl Club de Valladolid.