Antes de nada decir que Los Ganglios me gustaron, me parecieron divertidos y «curiosos»…pero la sensación que tuve a lo largo del concierto es lo «complicado que resulta ser moderno». No pueden ocultar su procedencia, Montijo, pero este trio afincado en Barcelona, es difícil de encuadrar…ellos lo denominan «Música porc»; en la practica melodías simples generadas por sintetizador, que acompañan a una frase, con un contenido de crítica, de hilaridad, o quien sabe…algo que rime, o no, porque esto tampoco es muy importante, todo envueltos en ritmos de chunda, chunda o de Paquito el chocolatero, para disfrute de un buen número de seguidores. Algo que hace unos años, no tantos, no se imaginaria, cualquier seguidor de un grupo en la cúspide, pero que en los tiempos que corren (hasta Raphael es el «puto amo» de los Indies), les convierten en uno de los emblemas de la modernidad…pero es lo que tiene la música, una forma de arte, cuyos diferentes estilos, juntan a muchos adeptos y a muchos detractores pero, siempre, abierto a todos los que quieran acercarse.
Los Ganglios son Xoxé Tétano (voz y ritmos), Leli Loro (teclado y bajo) y Rafael Filete (guitarra). Textos surrealistas acompañados de una puesta en escena apoyada en diapositivas que ilustran las canciones y que el vicerrectorado de Relaciones Internacionales y Extensión Universitaria de la Universidad de Valladolid y el Centro Buendía han incluido dentro del ciclo ¿Todo es poesía?’, que también cuenta con la pretensión de ser «gamberro y antiacadémico» y , a fe, que lo consigue.
Lo dicho El Postureo esta más que vigente.