Tito Ramírez, un tipo al que el misterio le envuelve en una especie de bruma que le oculta y le hace acrecentar la expectación, no oculta su admiración por Dámaso Pérez Prado; Pérez Prado, el músico cubano que encumbro el Mambo en los años 50´ del pasado siglo a la cima de la popularidad. Amante confeso de esa época dice que quiere, “aportar algo y llevar el estilo a otro punto”.
A la par de esa admiración por Prado, tenemos que añadir al también músico de Barnwell, Carolina del Sur, James Brown, de los que cuenta que: “los dos tenían un concepto de show muy marcado, de manera que no sólo tocas canciones, sino que desarrollas una historia”, y al hilo de esa devoción recupera el Bugalú o Boogaloo, ese ritmo latino que se desarrollo en los años 60´ en los Estados Unidos, y con la ayuda de su guitarra y de su voz, le da un nuevo impulso, eso sí, con unos créditos de un músico de procedencia misteriosa y de una banda cuya meta final es la renovación del género, más que la imitación.
Cuentan que detrás de un antifaz y de un músico misterioso “Tito Ramírez y otros misterios, engaños y fakes del rocknroll“, El Sótano de Radio3, en uno de sus programas desvelo parte de la «leyenda» creada…y las Veladas de San Francisco, en esta segunda edición, descubrimos parte de ese misterio, que no, engaño.
Sobre un escenario con un sonido excelente…lo del sonido es necesario recalcarlo, porque últimamente, las quejas en este tema van en aumento, pero la gente que sonoriza estos conciertos, que son los mismos que lo de ese ciclo mágico de los Conciertos Salvajes, afinan mucho y no suelen errar, apareció la banda con una larga «intro» que aumento la sensación de expectación. Ricardo Moreno en la batería, Francisco Poza al teclado, José Féliz Rodríguez al bajo, Pablo García al trombón y Martín del Dedo como saxofonista, son sus integrantes.
En esta ocasión sin antifaz pero con unas gafas de sol que ocultaban en cierta medida su identidad, apareció sobre el escenario del Convento de San Francisco, que alberga estas Veladas, y con esa formula donde marida, el Bugalú con el Soul, el Rhythm and Blues, el Popcorn, el Cha-Cha-Cha y el Mambo, con sabor añejo, es difícil que el espectador no retenga la atención sobre él.
Con el carisma de un showman, arropado con una excelente banda nos deleito con un concierto intenso, que igual, para muchos se les hizo corto, sobre todo cuando anuncio su fin sin haber llegado a la hora de actuación pero que con los bises, que se extendieron, no creo que dejara indiferente a nadie. De todas formas nos hizo mover los pies y nos hizo sonreír, así que esto, en estos tiempos complicados, es algo muy meritorio.
Pedro Poyatos, el único dato personal conocido de este misterioso artista, con su after-ego Tito Ramírez se rodeo (y muy bien) en el escenario del Convento de San Francisco de Cuellar (Segovia), dentro de la programación de las Veladas de San Francisco, el pasado 29 de Julio de 2022.
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