El folk está de moda o, por lo menos, tiene bastante presencia, impulsado por las diferentes administraciones públicas, sobre los escenarios en los últimos años. Todos ellos amparados con la idea, sin duda muy cierta, de que es necesario conocer de dónde venimos para saber a dónde vamos, algo que se debería aplicar a todas las cosas y no solo a las musicales. Algunos de ellos, de las bandas, se mueven por los caminos más tradicionales, defendiendo a capa y espada sus más puras esencias, enroscándose en un bucle puro, ¡sí!, pero que difícilmente puede llegar a un público juvenil, los charros Mayalde serían su máxima expresión; otros se decantan por un camino intermedio y otros le dan una vuelta y lo aproximan a tierras más populares, donde adquieren una cierta resonancia, como por ejemplo, esa formación a caballo entre Burgos, Salamanca y un poquito de Valladolid que responde al nombre de El Nido.
Ángel Lévid se mueve por estos ultimos terrenos, más si tenemos en cuenta que en sus orígenes se manejan en el mundo del pop o de las músicas más populares, y eso lo traslada a sus manera de estar sobre el escenario o en el «retrogusto» de sus composiciones.
Sobre sus espaldas lleva ya más de 10 años defendiendo «un sueño y una ilusión, a sabiendas, que por el terreno que se mueven es muy complicado tener sobre ellos la atención de un público o de una prensa deseosos de éxitos de usar y tirar», y con un legado que se ve reflejado en diferentes discos editados: «Tradición contemporánea» (2013), «Echando canciones» (2015), «Las manos se me escapan» (2017), «A la vera de La Esgueva» (2018), «A caramelo» (2020), junto al reciente «El tiempo en mi piel» (2023). También en estos años ha cambiado parte de la banda que le respalda, su amigo, y mologonista a tiempo parcial, Miguel Ángel Tabarés, continua al bajo y Mario Castán a los vientos tradicionales y tambor; a los que se suman en esta nueva andadura Sandra García Gómez, tímida y sensible, siempre escondida detrás de una guitarra, una vieja conocida, y una de las debilidades de este Blog, y se da por descontado, una excelente noticia de que se sume a este proyecto, a la guitarra y coros, junto a Julio García a las percusiones, son sus dos nuevas incorporaciones.
Una formación que inaugura una 8º Edición de un Festival de Folk, en un pueblo, Boecillo, que rompiendo la norma imperante en la gran mayoría de los pueblos castellanos, que centran su actividad en estos meses estivales sólo en el mundo taurino, ese mundo mal considerado cultura y tradición, porque por descontado ARTE no lo es en absoluto, y que en palabras de sus responsables: «inauguramos el festival de folk con grandes expectativas, creemos que va a venir mucha gente como todos los años a disfrutar del espectáculo y seguro que nos movemos al son de Lévid Folk y de todos los instrumentos que nos van a tocar», se suma el próximo mes, a un notable Festival de Jazz por donde han desfilado algún que otro nombre ilustre a lo largo de los años.
Lévid Folk inauguró el pasado 20 de Julio de 2024 el 8ºFestival de Folk, en el Parque El Tejar de Boecillo, Valladolid.